Vincent K. McMahon lo hizo otra vez: tras las graves denuncias vertidas en su contra, avisó por redes sociales que hablaría durante el show de este pasado viernes 17 de junio de la WWE en "SmackDown".
Sin embargo, a pesar de la expectación que generó este anuncio debido al artículo publicado por The Wall Street Journal, el ahora ex CEO de la compañía de lucha libre más grande del mundo, no se refirió a la polémica que lo acusaba de pagar varios millones de dólares a una ex trabajadora de la empresa para "silenciar" los tratos hacia ella, que incluirían relaciones sexuales con él.
"Es un privilegio estar frente al público de WWE. Ustedes hacen justicia a las palabras de nuestra apertura. Antes, ahora, siempre y juntos", vociferó McMahon antes de soltar el micrófono y emprender su vuelta a bastidores.
Las redes sociales especulaban en que se enfrentaría a los cargos que se le acusan, como también que daría su versión de los hechos. Pero nada de eso ocurrió y el episodio fue un extraño momento protagonizado por el empresario.
Medios especializados en el Wrestling, tales como "Fightful", aseguraron que las reacciones dentro de la compañía por lo realizado por McMahon iban desde la incredulidad y confusión hasta la ira y decepción.
McMahon dio un paso al costado de su cargo en la WWE mientras dure la investigación que realiza la junta directiva y su puesto fue ocupado por su hija, Stephanie McMahon.
La mujer de 45 años lleva toda su vida ligada al negocio de su familia y tiene experiencia tanto dentro como fuera del cuadrilátero.
Además, está casada con el legendario luchador "Triple H", quien ya tuvo previamente responsabilidades creativas y de producción en la compañía.