El radiotelescopio ALMA detectó una débil señal de moléculas de oxígeno en una galaxia a más de 13 mil millones de años luz de distancia, siendo las más distantes encontradas hasta la fecha.
El hallazgo lo realizó un grupo de astrónomos liderado por Takuya Hashimoto, investigador de la Universidad Osaka Sangyo y determinaron que la galaxia "MACS1149-JD1" comenzó a formar estrellas apenas 250 millones de años después del Big Bang.
Según el equipo que hizo el hallazgo, que publica un artículo en la revista Nature, la galaxia "comenzó a formar estrellas de forma inesperadamente precoz, tan solo 250 millones de años después del Big Bang".
Por lo tanto, tras este descubrimiento, todo indica que hubo una generación de estrellas que produjo oxígeno apenas 500 millones de años después del nacimiento del universo.
Para Nicolás Laporte, investigador del University College London, el descubrimiento "es un indicio de que las estrellas se estaban formando desde antes, en un período que nuestros telescopios no alcanzan a observar. Esto tiene implicaciones fascinantes para la búsqueda del Alba Cósmica, cuando se formaron las primeras galaxias", declaró.
Por su parte, Richard Ellis, astrónomo senior del mismo centro de estudios, afirmó que "descubrir cuándo se produjo el Alba Cósmica es como encontrar el Santo Grial".
"Con estas nuevas observaciones de MACS1149-JD1, ¡estamos acercándonos a la posibilidad de presenciar directamente el inicio de las estrellas! Como estamos hechos de material estelar procesado, esto equivaldría a encontrar nuestros verdaderos orígenes”, agregó.
¿Cómo se logró el hallazgo?
El equipo internacional de astrónomos, dirigido por Hashimoto, usó ALMA para observar la galaxia, conocida como MACS1149-JD1, donde detectó los rastros de oxígeno ionizado.
La luz infrarroja emitida por el oxígeno se estiró a longitudes de microonda, debido a la expansión del Universo, antes de alcanzar la Tierra y ser captada por ALMA.
Los estudios del cambio en la longitud de onda de la luz, arrojaron que la señal había viajado 13.280 millones de años luz, con lo cual se trata de la señal de oxígeno más distante –o antigua– detectada hasta ahora por un telescopio.
El observatorio Alma se encuentra situado a 5.000 metros de altura en pleno desierto de Atacama, y sus antenas son resultado de una asociación entre el Observatorio Europeo Austral (ESO), la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos y los Institutos Nacionales de Ciencias Naturales de Japón (NINS) en cooperación con el gobierno de Chile.