Es posible hacer apuestas ganadoras independientemente de cuál sea el resultado. Éstas se pueden lograr por medio del arbitraje.
Imagina una final de Copa de fútbol entre los equipos ingleses Chelsea y el Spurs.
Los corredores de apuestas ofrecerán opciones tanto a favor de uno de los clubes como del otro. Esto debería representar todos los resultados posibles, por lo que las probabilidades deberían sumar el 100%.
Pero no lo hacen. Siempre es más, y es así como sacan el beneficio los corredores de apuestas.
Sin embargo, si uno encuentra dos corredores cuyas probabilidades sumen menos del 100% se puede asegurar la propia rentabilidad.
Por ejemplo, si el primero de los corredores te ofrece una ganancia pareja si apuestas a favor del Chelsea y el otro te dice que obtendrías cinco por cada cuatro dólares que hayas apostado, las probabilidades que ambos ofrecen suman el 94% de las posibilidades.
Así que si apuestas el 53% de tu dinero por el Chelsea y el resto por el Spurs, tus ganancias siempre serán del 5%, gane quien gane.
Entonces, ¿por qué no hacen eso todos los apostadores?
Porque el cálculo de arbitraje no es fácil de hacer y porque el porcentaje puede cambiar en cuestión de minutos.
Y cuando cambia, tu beneficio deja de estar garantizado.
¿Cuál es la diferencia entre venenoso y tóxico?
La diferencia tiene que ver con la forma de hacer llegar la sustancia en cuestión.
Para que sea efectivo, algo venenoso debe ser inyectado.
Sin embargo, las sustancias tóxicas pueden causar daño por medio del contacto con la piel, tras ser inhaladas o con el mero hecho de tocarlas.
Así que el pez globo resulta tóxico si ingieres una parte inadecuada de él, porque su hígado contiene tetrodotoxina, una neurotoxina mortal, aunque su picadura no es tóxica.
Sin embargo, el pulpo de anillos azules puede transmitir tetrodotoxina a través de su picadura. Por lo que el molusco sí es venenoso.
Teniendo esto en cuenta, existe sólo una especie de serpiente que es tanto venenosa como tóxica.
La serpiente tigre asiática inyecta una toxina con su mordida, pero también es tóxica por una sustancia que tiene en su piel debido a los sapos que come.
¿Se puede enseñar a ser empático?
La capacidad empática se adquiere a los 4 o 5 años.
La empatía consiste en la habilidad de ponerse en los zapatos del otro, en ver la realidad desde el punto de vista de otra persona.
Esta capacidad la adquieren los niños a los 4 o 5 años.
Pero ser totalmente empático también supone ser capaz de regular tus propias respuestas emocionales, de preocuparse por cómo se sienten los otros, de entender sus necesidades y respetar las distintas opiniones.
Los estudios sugieren que todas estas aptitudes se pueden enseñar o a menos estimular.
Por ejemplo, está demostrado que discutir el contenido emocional de las historias aumenta la empatía en niños en edad escolar, así como el hacerles imaginar cómo podrían estar sintiéndose sus compañeros.
Los niños también tieneden a adoptar los valores de sus padres.
Así que si estos buscan constantemente la fama, logros académicos o ganacias económicas a cualquier costo, es poco probable que sus hijos valoren mucho la empatía.
Por lo tanto, para enseñar a ser empático hay que empezar mostrando empatía. Así, los niños que se sientan cuidados y protegidos serán más propensos a actuar de forma empática con otros.
Recompensar por un comportamiento empático no ayuda, pero alabarlo puede que sí.
Para que las características de un teléfono móvil sean mejores es necesario un poder de procesamiento mayor.
Para lograrlo, hay que hacer caber más transistores en el chip del aparato.
Un celular actual tiene el doble de transistores que uno de hace dos o tres años.
Así que se trata de un trabajo de miniaturización, con el que se consigue que cada componente sea más fino y ligero.
La mejora de las baterías comunes no ha sido tanta, pero los dispositivos de iones de litio almacenan cada vez más carga por kilo y han duplicado el rendimiento desde la década de 1990.