Gracias a la “memoria episódica” de los seres humanos somos capaces de recordar sucesos específicos, que si bien son parte de nuestro pasado, en conjunto explican quiénes somos y por qué tomamos algunas decisiones.

La capacidad de nuestros cerebros de recordar ha sido objeto de miles estudios científicos. Entender este fenómeno podría dar respuestas en los casos en que la memoria falla, como ocurre en enfermedades como el alzhéimer. 

Un grupo de investigadores de la Universidad Rice y la Escuela de Medicina de Baylor, ambos en Estados Unidos, desarrollaron un proyecto para entender cómo el cerebro usa los recuerdos para guiar o desorientar el comportamiento.  Para eso utilizaron una de las emociones más complejas: el miedo.

A través del análisis de ratas de laboratorio, los científicos lograron identificar por primera vez patrones específicos de actividad eléctrica en los cerebros de los roedores. Encontraron pruebas de que el cerebro recuerda la ubicación física donde tuvo lugar alguna experiencia aterradora, según se detalla en un artículo que se publicó este lunes en "Nature Neuroscience".

Los científicos fueron capaces de observar que el cerebro de los ratones “aprende” que pasar por un lugar es peligroso. Luego de que los roedores recibieran una descarga eléctrica leve al pasar por un conducto se dieron cuenta que estos no volvían por el mismo camino.

Según el estudio, las responsables de que esto ocurra son las “células de lugar del hipocampo”, claves para la memoria episódica. Cuando el animal está en un lugar particular, las neuronas en el hipocampo se activan y generan pulsos de actividad. 

"Numerosas células de lugar generan actividad eléctrica llamada patrón de "picos", afirmó el doctor Daoyun Ji, profesor asociado de Biología Molecular y Celular en Baylor, a la agencia Europa Press.

"Cuando la rata está en cierto lugar, un grupo de neuronas genera un patrón específico de picos y cuando se mueve a un lugar diferente, un grupo diferente de neuronas genera otro patrón. Podemos predecir dónde está el animal solo mirando su actividad cerebral", detalla este experto. 

¿Cómo se realizó la prueba?

Según explica el medio Abc.es, los investigadores insertaron unos pequeños electrodos en el hipocampo de los animales y de esta forma analizaron la actividad eléctrica de sus neuronas. Así fueron capaces de definir la “huella” que dejaban estas células la primera vez que atravesaban un conducto, y después una segunda vez, tras sufrir una descarga eléctrica que les hacía sentir un dolor moderado, justo al final del pasadizo.

Luego de que las ratas evitaran pasar nuevamente por el conducto, los científicos concluyeron que el animal piensa en el lugar donde sufrió la descarga justo en el momento en que decide dar la vuelta. 

Ahora, el plan de los científicos es tratar de entorpecer este patrón de picos para averiguar si así consiguen cambiar el comportamiento de las ratas. Otro de los objetivos es averiguar si esta actividad neuronal puede estar involucrada en enfermedades como el alzhéimer y otras.

Si bien es sólo un pequeño estudio realizado en animales, se espera que los hallazgos tengan interesantes aplicaciones médicas en el futuro. 

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