Alexa, pon mi canción favorita. Alexa, hazme la lista de la compra y ordénala por internet. Léeme mi email; dime qué planes tengo para este fin de semana; dame la dirección de mi casa.
Alexa lo sabe todo sobre ti, porque tú se lo has ido contando. El asistente de voz de Amazon siempre te escucha cuando pronuncias su nombre y registra todo lo que dices en su memoria virtual, accediendo apenas sin tapujos a tu privacidad.
Todavía no habla español, pero es el altavoz inteligente más usado en el mundo y fue la aplicación más popular en la tienda online de Apple estas navidades.
Solamente en Estados Unidos, se han vendido más de 20 millones de unidades de los pioneros altavoces inteligentes Amazon Echo, cuyo "cerebro" es Alexa y salieron al mercado hace ya tres años.
Sin embargo, al rey del hogar inteligente cada vez le están saliendo más competidores capaces de almacenar datos personales con una eficiencia pasmosa.
A finales de 2016 llegó Google Home, que usa los comandos de voz de Google Assistant. Su funcionamiento es muy similar al de Alexa: el usuario tan sólo debe decir "Ok, Google" antes de cada pregunta. Y en junio Apple lanzó HomePod, que funciona son Siri.
Los "mayordomos virtuales" son innegablemente útiles a la hora de gestionar tareas del hogar y resolver dudas con la mayor inmediatez. Sus dotes de escucha han llegado a resultar útiles incluso para resolver crímenes.
¿Qué tanto saben sobre ti?
Cuánto saben de ti es la pregunta del millón. Y la respuesta puede resultar aterradora: para funcionar correctamente, necesitan saberlo prácticamente todo.
La carrera por hacer que estos dispositivos sean cada vez más inteligentes genera preocupación entre usuarios y analistas.
"Ese pequeño cilindro parlante siempre te está escuchando. Y no sólo escuchando, sino registrando y almacenando muchas de las cosas que dices", escribió en Wired el periodista tecnológico Tim Moynihan.
"Un micrófono conectado a internet dentro de tu casa parece arriesgado. Tiene sentido estar preocupado. Pero grabar tu voz es una parte fundamental del trabajo de los asistentes virtuales".
Tom Henderson, de la revista tecnológica Network World, considera que los asistentes virtuales van a generar muchos problemas.
"No sólo las grabaciones se sitúan en el centro de los litigios, sino que además faltan medidas de seguridad. No hay ningún sistema, ninguna prueba, ningún estándar", afirma.
El experto en tecnología dice que algunos usuarios están abriendo el camino, haciendo declaraciones sobre conversaciones supuestamente escuchadas por dispositivos inteligentes.
¿Dónde van a parar esos archivos?
"Cada vez que das un comando con tu voz, Google Home y los dispositivos que funcionan con Alexa graban o transmiten clips sonoros de lo que dices. Esos archivos son enviados a un servidor -el verdadero cerebro de la operación- para procesar el audio y formular una respuesta", explica Moynihan.
Como esos "cerebros" están ubicados a miles de kilómetros de distancia, los parlantes inteligentes necesitan conexión a internet para poder funcionar.
No obstante, su funcionamiento es bastante rudimentario: los únicos comandos que comprenden son "palabras para despertar" o "frases de activación", cosas como "Ok Google" o "Alexa".
Una vez que recitas las palabras mágicas, tu voz queda capturada y lo que dices queda registrado en la nube.
Sin embargo, "los micrófonos de los dispositivos pueden escucharte incluso cuando no estés hablándoles a ellos, aunque esas conversaciones ambiente -las cosas que dices antes de 'Alexa' o 'Google'- no se guardan ni se envían a una red", dice el especialista.
Un exdesarrollador de Alexa que trabajó para Amazon se lo confirmó al portal de noticias estadounidense The Information, asegurando que el asistente inteligente es capaz de grabar de forma permanente a sus usuarios.
Amazon se defendió diciendo que "sólo comparte datos con terceros luego de que sus usuarios hayan ratificado su consentimiento expreso para hacerlo".
"Alexa no graba ni almacena ningún dato más allá de lo que sea dicho después de activar el asistente mediante un comando de voz", aclararon fuentes de la compañía.
Pero algunas opiniones son más catastrofistas.
El problema, vaticina Henderson, es que la compra de grabaciones y otros elementos se pueda llegar a convertir -o ya se haya convertido- en el nuevo oro digital.
"El tiempo dirá. Hasta entonces, no me creo que esas puertas abiertas de archivos sonoros no se estén convirtiendo en algo crucial para el análisis de datos".
"Apenas estamos asomándonos al abismo de los hacks a los asistentes digitales. Lo peor todavía está por llegar. Recuerden mis palabras".
¿Cómo borrarlos?
AMAZON ALEXA: a través de la aplicación Alexa, disponible para Android e iOS, debes acceder a "Ajustes" y desde ahí a "Historia". Dentro de esa sección podrás comprobar todos tus archivos de audio y seleccionar aquellos que quieras eliminar y borrar de manera definitiva. También puedes hacerlo a través de la web de Amazon, accediendo al menú para gestionar el contenido vinculado a tus dispositivos. Selecciona Amazon Echo y pide que elimine las grabaciones.
GOOGLE ASSISTANT: el proceso es muy similar y puedes hacerlo a través de la web de Google Home. Dentro de "Mi actividad" puedes conocer todo tu historial en distintos servicios de Google. Deberás poner en el buscador "Assistant" para hallar los datos del servicio. El icono de los tres puntos verticales te dará la opción de eliminarlos, bien todos ellos o uno a uno. También puedes hacerlo a través de un teléfono Google Pixel.
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