La libra esterlina ha tocado mínimos no alcanzados en tres décadas en una turbulenta semana en los mercados, donde los interrogantes acerca de que pueda ejecutarse un "brexit duro” siguen lastrando esa divisa. La moneda británica ha seguido una trayectoria volátil desde el histórico referendo del pasado 23 de junio y experimentó el viernes un desplome momentáneo al caer más de un 6 por ciento en los mercados asiáticos, hasta 1,18 dólares, pese a que luego logró recuperar terreno.
Si bien se desconoce la verdadera razón de esa acusada caída, algunos analistas creen que detrás figuran unas afirmaciones del presidente francés, François Hollande, publicadas por el Financial Times, instando a que la Unión Europea (UE) sea firme con el Reino Unido en sus negociaciones para efectuar la salida del bloque. En este sentido, se ha especulado con que un algoritmo informático habría reaccionado automáticamente a los comentarios negativos del líder galo, provocando el salto al vacío de la libra.
Lo que parece claro es que el futuro "divorcio” entre Londres y Bruselas y las incógnitas que salpican a cuestiones clave para la economía nacional -y que el Gobierno de Theresa May aún no ha esclarecido- siguen manteniendo en vilo a los mercados. En el reciente congreso anual del partido conservador, celebrado en Birmingham, la primera ministra anunció que la separación se iniciará oficialmente -con la necesaria activación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa- antes de que termine el primer trimestre de 2017.
Tras fijar la fecha, la impresión de que May se decantará por lo que se ha venido llamando un "brexit duro” -abandonar la UE sin mantener el acceso al mercado único en pro de controlar la inmigración- ha sacudido a la libra en los últimos días hasta niveles no vistos en 31 años. Entonces, en marzo de 1985, se registró el mínimo histórico frente al dólar, de 1,05 dólares.
En líneas generales, los expertos coinciden en que una prolongada caída de esa moneda tendrá un impacto negativo en el consumidor británico, cuyo poder adquisitivo se resentirá notablemente. Analistas del HSBC han vaticinado que la divisa británica llegará a caer, antes de que termine el año, hasta cotizar a 1,10 dólares y que podría valer tan solo 1 euro.
En su último informe oficial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ampliado la perspectiva de crecimiento para el Reino Unido en 2016 hasta el 1,8 % aunque, por contra, ha rebajado sus previsiones para 2017, cuando el producto interior bruto (PIB) se ralentizará hasta el 1,1 por ciento.