AFP

Los aranceles comenzaron a regir en el primer minuto de este lunes y se espera que Pekín responda casi inmediatamente con tarifas de importación de 5% o 10% a productos estadounidenses por 60.000 millones de dólares.

El intercambio de tarifas punitivas entre las mayores economías mundiales comenzó en julio cuando se impusieron recíprocamente aranceles de 25% a mercaderías por 50.000 millones de dólares.

Desde que entró a la Casa Blanca en enero del año pasado, el presidente Donald Trump demandó a China poner fin a prácticas comerciales que considera desleales y restan inversiones y empleos en Estados Unidos.

Trump deplora especialmente la obligaciones que Pekín impone a las empresas estadounidenses que se instalan en su territorio. El gobierno chino las obliga a tener socios locales y a compartir con ellos tecnologías; cosa que Washington considera como un robo de propiedad intelectual.

Trump ya había gravado con aranceles de 25% a bienes chinos equivalentes a 50.000 millones de dólares. Y ante la inflexibilidad de Pekín a sus demandas y a las represalias que lanzó contra Estados Unidos, el presidente decidió ampliar los aranceles a otros productos que suman 200.000 millones de dólares.

Estados Unidos, además, le impuso tarifas aduaneras de 25% al acero y de 10% al aluminio invocando razones de seguridad nacional.

"La guerra comercial ahora es una realidad", dijo Brian Coulton, jefe de economistas de la agencia calificadora Fitch.

El proteccionismo estadounidense ya alcanzó un nivel que afecta "sensiblemente" la perspectiva del crecimiento económico mundial aún cuando ese crecimiento siga siendo sólido, dijo el viernes la agencia Fitch.

En un informe, Fitch dijo que ahora espera que China crezca 6,1% este año; o sea 2 décimas de punto menos que lo que había calculado en junio. En cuanto al crecimiento mundial, la expectativa de Fitch fue rebajada en un décimo de punto porcentual a 0,1%

Fitch estimó que cualquiera sea la magnitud de las represalias chinas, ellas no compensarán totalmente el impacto de los aranceles que impuso Estados Unidos.

El Fondo Monetario Internacional dijo la semana pasada que el enfrentamiento comercial entre China y Estados Unidos podría tener un "significativo impacto" en ambas economías. Y advirtió que la onda expansiva de ese choque se sentirá en otros países.

¿Japón en la mira?

El crecimiento económico en el mundo es "menos equilibrado y menos sincronizado", observó Fitch.

El crecimiento global está cada vez más comprometido porque Trump tiene abiertos varios frentes de confrontación con los principales socios de Estados Unidos.

De momento, llegó a un frágil armisticio con la Unión Europea y México pero Estados Unidos aún mantiene delicadas negociaciones comerciales con Canadá, su principal socio.

Además, Japón, con quien Estados Unidos tiene un déficit comercial de 56.600 millones de dólares, parece estar en la mira de la Casa Blanca.

El proteccionismo de Trump genera preocupaciones en economistas y empresas que advierten que los estadounidenses resultarán perjudicados.

En una carta a la administración estadounidense, el gigante de distribución Walmart advirtió que si se imponen más aranceles a productos chinos, no tendrá otra opción que aumentar los precios de los productos de sus tiendas; especialmente alimentos, detergentes y artículos de higiene personal.

Los aranceles encarecerán productos de uso cotidiano de los estadounidenses, sintetizó Sarah Thorn, autora de la carta de Walmart.

"Además, ninguno de esos artículos está relacionado con la propiedad intelectual o a secretos comerciales y es difícil entender porqué gravar esos productos resolverá problemas complejos", alegó.

La preocupación del mundo de los negocios es tan grande que  Trump ya amenazó con poner aranceles a más productos chinos por 267.000 millones de dólares si Pekin toma represalias por los que empezaron aplicarse este domingo.

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