Cambio de mando en el principal gremio empresarial en el país.

Este martes, la economista Susana Jiménez asumió la presidencia de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), en una ceremonia realizada en la casona de Monseñor Sótero Sanz y a la que asistieron exdirigentes gremiales y empresarios.

En su primer discurso, la antes vicepresidenta de la multigremial fue enfática: “No llegué acá por ser mujer, sino por la llamada de una vocación que me llevó a estudiar y trabajar con ahínco, así como a servir a nuestro país como empresaria, dirigente gremial, funcionaria de gobierno, docente, y también como madre”.

En su intervención, la nueva mandamás de la CPC planteó que cree firmemente en el valor que las mujeres aportan a la sociedad.

“Soy una feminista que cree y defiende el mérito, la igualdad de oportunidades y los incentivos correctos. En ninguna época y lugar las mujeres han tenido más oportunidades que allí donde ha existido una sociedad libre, en que la empresa privada ha sido el motor del progreso. Ninguna empresa deja de hacer buenos negocios por ideología o discriminación de género. Pensar lo contrario es una incorrecta comprensión de quien somos y lo que hacemos, y es más bien un prejuicio que nace de quienes no entienden en qué consiste ser empresario”, dijo ante los dirigentes gremiales y empresarios presentes.

Ceremonia con simbolismos

La jornada electoral partió a las 8:30 de la mañana, y dedicó unos minutos a la realización de un homenaje al fallecido expresidente de la CPC, Alfonso Swett Opazo. Y el encargado de hacerlo fue Ricardo Mewes, el presidente saliente de la entidad.

“Alfonso fue un dirigente gremial con una profunda vocación de servicio público, un empresario innovador, economista riguroso y profesor apasionado. Pero por sobre todo, fue un hombre de una calidad humana extraordinaria”, dijo Mewes al inicio de la jornada.

Tras asumir como nueva líder de los empresarios, Jiménez dio un breve discurso en el cual agradeció el respaldo a su nombre.

Presidir la Confederación de la Producción y del Comercio es el honor y la responsabilidad más grande con nuestra sociedad que un empresario/a puede recibir de sus pares”, dijo la exministra de Energía, agradeciendo también el apoyo de su familia.

En su primeras palabras al mando del sector privado, Jiménez hizo un breve recuento del trabajo realizado junto a Mewes en estos dos años en los que lo acompañó como vicepresidenta.

“Juntos hemos enfrentado con entusiasmo y total sintonía cada proyecto, cada dificultad y cada logro de los últimos dos años. Como vicepresidenta de la CPC, he tenido la oportunidad de conocer aún más de cerca el trabajo gremial, apoyada por un tremendo equipo liderado por nuestro querido Fernando Alvear. Se viene ahora una nueva etapa, pero con el mismo objetivo”, agregó.

Con respecto a la gestión que se viene para los próximos dos años, Jiménez reiteró que trabajarán para contribuir a hacer de Chile un país mejor para vivir, para estudiar, para trabajar, para emprender y para formar familia. 

“La actividad empresarial es en esencia creación de valor y solo puede florecer en los mercados libres. Nadie sobrevive y triunfa si no es con buenos productos y servicios que los demás compran voluntariamente porque los quieren o necesitan. Esa es la moralidad intrínseca de los mercados libres; sólo tienen éxito los que son capaces de equilibrar la libertad individual con el bienestar de los demás”, dijo.

Así, planteó que al desarrollo económico solo se llega de la mano de la libertad, del emprendimiento, de la inversión, de la innovación y del trabajo duro. “El progreso no se alcanza a través de los impuestos excesivos, la burocracia y los subsidios. No hay nada más solidario que ser eficientes y no hay nada que les dé más dignidad a las personas que un trabajo estable y remunerado. Ambas cosas constituyen la esencia de la vocación empresarial, nuestra contribución fue esencial para llevar a nuestro país, de ser uno de los más pobres de América Latina, a ser líder en desarrollo humano”, planteó. 

También hubo palabras para el mundo político: “Quiero decirles que, aunque no somos políticos, sí nos interesa la política porque el desarrollo de Chile es mucho más que crecimiento económico y sin un sistema político sólido es muy difícil, si es que no imposible, tener instituciones fuertes, legislación capaz de generar un orden social justo y eficaz, así como una convivencia armónica y constructiva. La sociedad necesita tanto buenos empresarios como buenos políticos y, sin duda, espera de ambos no sólo su mejor esfuerzo, sino la capacidad de colaborar para que, desde sus respectivos ámbitos, seamos capaces de sumar nuestros aportes a mejorar la calidad de vida de nuestros compatriotas”.

También declaró algunas palabras a quienes la acompañarán en este periodo que viene: “Los dos años que tendré el honor de presidir la CPC, lo haremos juntos con Daniel Mas, destacado empresario de los sectores de la construcción, inmobiliario y de servicios financieros. Y como dupla, trabajaremos en equipo con todos ustedes, las seis ramas que son el alma de la CPC. Nuestro norte estará en recuperar el crecimiento, el empleo formal y la valoración de nuestra actividad empresarial. Todo eso acompañados del gran equipo de CPC, liderado a partir de hoy por Macarena Letelier”.

La despedida de Mewes

En su último discurso, Ricardo Mewes insistió en que es necesario avanzar en condiciones que permitan incentivar efectivamente el desarrollo económico de la región.

“Las cifras por todos conocidas no nos dejan para nada satisfechos y sabemos que para recuperar el crecimiento de largo plazo, un requisito básico es aumentar los niveles de inversión, que hoy se encuentra prácticamente estancada”, dijo.

Para conseguir dicho objetivo, Mewes insistió en que se requiere de condiciones básicas, como son la seguridad, la competitividad tributaria y la certeza jurídica, temas en los que “hoy estamos en deuda”.

Así, y tal como lo ha planteado en otras ocasiones, recalcó que “tenemos la convicción que un alza tributaria no es necesaria ni deseable y propusimos, en cambio, reducir el impuesto corporativo en línea con la OCDE, junto con avanzar hacia una convergencia tributaria que elimine la actual discriminación entre inversionistas extranjeros y nacionales, de manera de aumentar la competitividad de nuestro país".

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