El hecho de que Estados Unidos y China se sienten nuevamente a la mesa a negociar el fin de la guerra comercial ya no entusiasma a los mercados como antes, y el efecto se hace sentir a esta hora, con la mayoría de las monedas emergentes perdiendo terreno frente al dólar. El peso chileno, en particular, terminó la sesión con pocos cambios.
Al finalizar las operaciones de la jornada, el tipo de cambio se ubicó en $ 683,50, lo que representa una leve subida de $ 0,5, en un contexto de señales mixtas para el tipo de cambio local.
Por un lado, el escenario cambiario internacional le juega en contra a la moneda chilena. En este momento la cotización internacional del dólar medida a través del Dollar Index, que lo –contrasta con una canasta de divisas– sube un 0,45%, mientras que la gran mayoría de las monedas del mundo emergente pierden terreno.
Entre las excepciones están dos monedas latinoamericanas, el peso argentino y el real brasileño, que recuperan terreno tras las fuertes bajas de ayer.
Mientras, los futuros del cobre anotan ganancias contenidas. Datos de Bloomberg muestran que los contratos en Comex operan con alzas en torno a 0,4%. Las subidas del metal industrial tienden a beneficiar al peso chileno, dada su relevancia para la economía local.
Una nueva ronda de negociaciones entre las dos mayores economías del mundo tienen a los inversionistas mirando con escepticismo, pese a los reportes de que China estaría dispuesto a ceder en puntos clave, lo que podría facilitar que las potencias lleguen a un acuerdo.
En ocasiones anteriores, las reuniones entre ambos países encendían las esperanzas y le daban un impulso a los activos considerados como más riesgosos, como acciones, monedas emergentes y commodities. Ahora, sin embargo, los inversionistas están esperando señales más concretas de que la guerra comercial pueda llegar a su fin.