Así lo informó este viernes la compañía con sede en Ludwigshafen, en el suroeste del país. La firma logró situarse de nuevo en la senda del crecimiento tras dos años de tendencia decreciente en los que no conseguía incrementar sus ganancias.
"Somos cautelosamente optimistas para 2017", declaró el presidente de BASF, Kurt Bock.
A pesar del crecimiento registrado, el balance general de la empresa se ha visto afectado por la falta de actividad comercial en el ámbito del gas natural. En el marco de una operación de intercambio, BASF le cedió su negocio de comercio y de almacenamiento de gas al gigante energético ruso Gazprom.
Este movimiento explica que la facturación de la química alemana cayese el pasado año un 18 por ciento hasta los 57.600 millones de euros.