Reportajes T13 accedió a registros inéditos de los asesinos del exmilitar venezolano, Ronald Ojeda, quien murió tras ser secuestrado en febrero de 2024 y cuyo cuerpo fue encontrado en un campamento en Maipú.
Corresponden a diversos videos de la vida diaria de los sujetos, ya sea caminando por la calle o descendiendo de varios vehículos, como también, de los momentos previos a que cometen delitos en la capital.
Uno de los videos data del 15 de abril de 2023 y habría ocurrido momentos antes que se produzca un secuestro en Santiago. Uno de los protagonistas del registro no solo participó de ese crimen, sino también en el de Ojeda.
¿Quiénes aparecen en los videos?
Se trata de Walter de Jesús Rodríguez Pérez, venezolano de 28 años y que cuenta con antecedentes por robo con intimidación, secuestro extorsivo, secuestro con homicidio.
Rodríguez es sindicado como uno de los responsables del secuestro y homicidio detrás de Ronald Ojeda.
Su huella quedó plasmada en un teléfono que un sujeto, aún no identificado, le pasó en el interior del ascensor en el edificio en Independencia, donde fue secuestrado Ojeda, equipo móvil que posteriormente fue encontrado cerca de donde abandonaron el Nissan Versa en Costanera Norte.
Rodríguez, sin seudónimo conocido, es un reconocido miembro del Tren de Aragua y su andar por las calles de Santiago desde el 2019 también ha dejado huellas, pero de violencia y de sangre.
La Fiscalía concluyó que, tras diversas pericias, determinó que la organización del secuestro se hizo desde Venezuela.
Cabe señalar que el único detenido por el crimen es un menor de 17 años, que habría realizado labores de vigilancia y cobertura antes y durante el secuestro, al que se habría llegado gracias a la reconstrucción de rutas de los autos involucrados y el análisis de cámaras de seguridad.
Otro de los sujetos que aparece en los registros inéditos, es Maikel Villegas Rodríguez, venezolano de 26 años, quien no tiene antecedentes penales en Chile.
Tras el crimen, cometió el error de cargar bencina e ingresar sus datos en una bencinera para acumular puntos.
Llevaba una vida aparentemente normal, vivía con su familia en el centro de Santiago y trabajaba como repartidor en San Joaquín.
"El día anterior al secuestro salió a ruta (en su trabajo). Al día siguiente no volvió más", recordó uno de sus compañeros de trabajo.