AFP
La cumbre del G20 inicia este viernes en Buenos Aires en un clima de alta tensión por la "guerra comercial" entre China y Estados Unidos, y una convocatoria de organizaciones sociales para manifestarse masivamente en la capital argentina.
Al menos, horas antes del inicio oficial de la cumbre que culmina el sábado, habrá un momento de consenso cuando se firme el nuevo TLCAN o NAFTA, entre México, Canadá y Estados Unidos.
Bautizado como T-MEC por los mexicanos, el pacto reemplaza al que regía el comercio entre estos tres países desde 1994 y que fue derribado por Trump.
El acuerdo, que busca minimizar la deslocalización de empleos fuera de Estados Unidos, será uno de los últimos actos de la administración de Enrique Peña Nieto antes de entregar el poder el sábado al izquierdista Andrés Manuel López Obrador.
Macri y las calles
Para el presidente argentino Mauricio Macri el G20 será una oportunidad de mostrarle al mundo la mejor cara de su país, con la esperanza de seducir a los inversores para que el dinero fluya a la debilitada economía argentina, golpeada por una inflación galopante.
Pero las calles -blindadas por 24.000 efectivos de seguridad y con zonas vedadas a la circulación- pueden reservarle una sorpresa.
Decenas de organizaciones sociales que rechazan al G20 y en particular al Fondo Monetario Internacional, con el que el gobierno de Macri firmó un acuerdo de 56.000 millones de dólares para estabilizar el mercado cambiario este año, se preparan para movilizarse este viernes.
Las pancartas abundan en varios puntos de la ciudad. El jueves en la Plaza de Mayo, el Colectivo artístico Fin de un Mundo realizó una performance debajo de una enorme bandera colocada en la reja frente a la Casa Rosada (de gobierno), que rezaba: "Propiedad del G20. ¿Quién elige?".
Trump-Xi
La reunión comercial del sábado, aún sin horario previsto, entre Trump y su homólogo chino Xi Jinping será el punto cúlmine del primer G20 en América del Sur.
Gobiernos, mercados y empresas estarán pendientes de los resultados de este encuentro.
Pero ya Trump se mostró reticente a un acuerdo con China.
"Creo que estamos muy cerca de hacer algo con China pero no sé si quiero hacerlo", le dijo Trump a los periodistas de la Casa Blanca antes de iniciar su viaje a la capital argentina.
Al exigir que Pekín ponga fin a prácticas comerciales, Trump anunció aranceles que alcanzaron 300.000 millones de dólares, incluyendo 250.000 millones de dólares sobre productos chinos, y afectaron a importaciones de acero y aluminio de otros países.
Y China no tardó en reaccionar y lanzó medidas recíprocas, lo que ha avivado la "guerra comercial" que los analistas temen pueda golpear la economía mundial.
Los anuncios contribuyeron a una caída de 7% promedio de las acciones en Estados Unidos y en la zona euro, y de 12% en el caso específico de la industria automotriz y del acero, según un reciente estudio del Banco Central Europeo (BCE).
La próxima batería de aumentos está prevista para el primero de enero, cuando los aranceles de Estados Unidos a importaciones chinas por unos 200.000 millones de dólares podrían subir de 10% a 25% si los dos gigantes no llegan a un acuerdo.
No a Putin
Antes de dejar Washington, el presidente Trump canceló su cita en Argentina con su par ruso, Vladimir Putin.
La decisión del mandatario se produjo tras el agravamiento del conflicto entre Rusia y Ucrania, luego de que guardacostas rusos tomaran el control de tres buques de la Marina ucraniana en el mar Negro, cerca de la península ucraniana de Crimea, anexionada por Rusia en 2014, disparando contra ellos y dejando tres heridos entre los marinos a bordo.
Durante la cita, Trump deberá medir fuerzas con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien pretende incluir en los primeros puntos de la agenda del G20 el calentamiento global, antes de la conferencia climática COP24 del 2 de diciembre en Polonia.
Pero Trump, quien no se cansa de poner en duda el cambio climático, retiró a su país de los acuerdos ambientales de París en junio de 2017, poco después de llegar a la Casa Blanca.
Y la canciller alemana Angela Merkel no podrá limar asperezas ya que estará ausente en la apertura de la cumbre debido a que el avión en el que viajaba tuvo el jueves un problema técnico y debió aterrizar de emergencia en Colonia (oeste de Alemania).
La canciller deberá viajar este viernes por la mañana a Madrid para embarcar con una pequeña delegación a bordo de un avión comercial con destino a la capital argentina.