Cuando el himno español sonó en la final de la Copa del Rey, que se disputó el sábado pasado en el Camp Nou, apenas se dejó escuchar la reproducción por megafonía del himno nacional español, ante la avalancha de abucheos que pudo sentirse desde la zona de barcelonistas. Todo ante la mirada incómoda de los jugadores y en presencia de Felipe VI, quien presidia por primera vez una final como Rey de España.
La acción fue una muestra del rechazo de los catalanes y vascos a la figura del monarca. Y además abrió un debate entre las autoridades españolas que este lunes deciden si el Athletic Club, el Barcelona y la Real Federación Española del Fútbol serán sancionados por la sonora pitada. Las tres organizaciones ya fueron informadas de esa posibilidad a través de una carta firmada dos días antes del encuentro, en que se pedía a las instituciones tratar de evitar las ofensas a los símbolos españoles.
Se prevé que cerca de las 19.00 hora local se realice una conferencia de prensa en que se anuncien las posibles sanciones. Cualquier medida es fuertemente rechazada por el gobierno vasco y la Generalitat, el gobierno regional de Cataluña.
“Yo he estado en otras finales de Copa, por ejemplo la que estos dos equipos jugaron en Valencia, y también hubo pitadas”, dijo a El País terminar el partido el presidente de la Generalitat, Artur Mas. “Si el Gobierno español se empeña en amenazar y además hace el ridículo, pues lo único que consigue es un efecto bumerán que tiene como resultado que la gente todavía tenga más ganas de silbar".
Pero este no se trata de un hecho aislado, más bien es una acción que se ha reiterado en las otras finales de la Copa. Las pitadas al himno nacional sucedieron en las últimas dos finales que jugaron ambos equipos, en 2009 y en 2011, cuando un grupo importante mostró su descontento con el himno nacional español, expresándolo con pitidos.
Esos antecedentes, conllevaron a que las autoridades anunciaran medidas preventivas cuando se supo que el Athletic y el Barcelona volverían a encontrarse en una final en el Camp Nou. De hecho, la presidenta del Partido Popular madrileño, Esperanza Aguirre, sugirió suspender el partido si se repetía el comportamiento
Según el diario español El Mundo, en la antesala de la final varias organizaciones independentistas repartieron 10.000 silbatos en los aledaños al Camp Nou para pitar el himno.