¿Quiénes integran el G-20?
El Grupo de los Veinte es una asociación que incluye a los 19 países industrializados y emergentes más importantes de todos los continentes (Argentina, Australia, Brasil, China, Alemania, Francia, Gran Bretaña, India, Indonesia, Italia, Japón, Canadá, México, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía, Estados Unidos) y, como vigésimo miembro, la UE. Juntos, representan aproximadamente dos tercios de la población y más del 80 por ciento del rendimiento económico mundial.
Sus cumbres, centradas en temas de política económica, suelen tener lugar una vez al año. Las decisiones tomadas por el grupo se resumen en declaraciones finales, que son declaraciones intención política y no resoluciones legalmente vinculantes.
Además, estas cumbres incluyen regularmente representantes de organizaciones internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, así como países invitados permanentes y ocasionales.
¿Desde cuándo existe el G-20?
Los orígenes del G-20 se remontan a una reunión de los siete principales países industrializados, agrupados en el G-7, que se celebró en Colonia, en junio de 1999. Allí, los siete jefes de Estado y Gobierno presentes acordaron sacar lecciones de la gestión de la crisis asiática de 1997 y, en el futuro, reunir sistemáticamente a los más importantes líderes sectoriales de la política económica global.
Desde septiembre de 1999, los ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales de las principales economías industrializadas y emergentes se reúnen para acordar medidas de estabilidad financiera global.
Los integrantes del G-20 fueron seleccionados, en su momento, por los jefes de Estado y de Gobierno del G-7, teniendo en cuenta, entre otros, criterios geográficos y regionales. Desde el principio, esto ha provocado críticas. Malasia, por ejemplo, aspiraba a representar al sudeste asiático. Sin embargo, es Indonesia quien integra el G-20.
El gran foro del G-20, al que asisten los jefes de Estado y de Gobierno, no se lanzó hasta 2008, en medio de la crisis financiera y económica global. "Estamos decididos a profundizar nuestra cooperación y trabajar juntos para restablecer el crecimiento global y realizar las reformas necesarias en el sistema financiero global", declararon los líderes del G-20, en Washington DC, a mediados de noviembre de 2008.
El anfitrión de esta primera cumbre del G-20 fue el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Los líderes de los Estados miembros adoptaron, como parte de su declaración final, un capítulo titulado "Compromiso con una economía mundial abierta". En él, se subrayaba la "importancia crucial" de la lucha contra el proteccionismo y se advertía a los países en contra de preocuparse solo por sí mismos en tiempos de crisis.
"Estados Unidos está listo para tomar la iniciativa", anunciaba, casi medio año después, antes de la segunda cumbre del G-20 en Londres, el entonces nuevo presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama.
¿Qué significa el G-20 hoy?
Desde que Donald Trump gobierna la Casa Blanca, ha desafiado la política económica global imperante. Con su política "Estados Unidos primero" y los aranceles punitivos que ha impuesto a socios comerciales clave de Estados Unidos, como China y la UE, el sucesor de Obama en la Oficina Oval se ha distanciado de las reglas previas del juego del G-20.
En sus innumerables mensajes y discursos cortos vía Twitter, el actual presidente estadounidense no ha ocultado nunca que para él vale su propio lema “America First”, y no la cooperación en foros u organizaciones multilaterales.
Que ni siquiera un foro como el G-20 puede tener éxito sin el apoyo de la potencia económica más fuerte del mundo, es algo que Donald Trump ya dejó claro en la pasada cumbre del G-20, en el verano de 2017, en Hamburgo.
Tras largas disputas sobre los principios del comercio internacional, los aranceles y la responsabilidad global en la protección del clima, por primera vez la declaración final de la cumbre del G-20 incluyó un pasaje en el que se afirmaba que el grupo no había logrado consenso en temas centrales, especialmente en términos de política climática. Donde no hay consenso, debe reconocerse la disidencia, dijo entonces la canciller alemana Angela Merkel.
Un año más tarde, y en medio de una escalada de aranceles y contra-aranceles sin precedentes, desatada por Trump y acompañada por acusaciones masivas contra los principales socios comerciales de Estados Unidos, nuevos conflictos amenazan la cumbre del G-20 este 2018, en Argentina.
Es posible que no haya ni siquiera una declaración final conjunta este fin de semana en Buenos Aires, prevén de antemano los organizadores. No obstante, algunos actores, incluido el anfitrión, aún esperan que semejante novedad pueda evitarse.