La noche de este domingo, Estados Unidos envió una alerta a Puerto Rico y a las Islas Vírgenes estadounidenses a causa de las fuertes ventiscas que podrían atraer a la tormenta María, luego de una semana de la llegada de Irma al sur del país norteamericano.
De acuerdo con Emol, el "código Whiskey" es un aviso para la industria marítima, la que sugiere tomar medidas preventivas por la cercanía de la tormenta, que presenta características severas. Dicha tormenta corresponde al evento atmosférico número 15 de la actual temporada ciclónica del Atlántico, la que se formó durante esta jornada al este de las Antillas Menores, y que se fortaleció durante las últimas horas hasta convertirse en la tomenta tropical María, según detalló el Centro Nacional de Huracanes (CNH).
En tanto, la tormenta María se desplaza con vientos alcanzados a los 85 km/hr y el CNH advierte que en los próximos dos días, al acercarse aún más a las Antillas Menores, se convertirá en huracán, razón que instó a la "comunidad marítima a que esté atenta a nuevos avisos y tome las medidas necesarias ante la llegada de la tormenta, ya que tiene el potencial de convertirse en un huracán de categoría 1".
Fue por esta razón que se alertó, además, a las islas de Santa Lucía, Martinica, Guadalupe, Domínica, Barbados, San Vicente y las Granadinas de la tormenta tropical, mientras que Antigua, Barbuda, Saint Kittis, Nevis y Monserrat se encuentran bajo alerta de huracán.
El fenómeno atmosférico se sitúa a mil kilómetros al sureste de las Antillas Menores y se desplaza en dirección oeste con una velocidad de 30 km/hr, aunque se espera que cambie de rumbo hacia oeste-noroeste en los próximos días. Es por ello que, mientras dure el estado "Whiskey", se indicó que desde las 20:00 horas locales de este sábado, los puertos pueden estar abiertos para el tráfico comercial; sin embargo, se recomendó a las embarcaciones y navíos de recreo que busquen un puerto donde encallar.
De acuerdo a la Guardia Costera, se aconsejó a las instalaciones portuarias que deben revisar y actualizar sus planes de respuesta a las condiciones climáticas -actuales-, que tienen características severas y que deben efectuar los preparativos -adicionales y necesarios- ante un posible impacto con la tormenta.