AFP
Varios dirigentes europeos, entre ellos la canciller alemana Angela Merkel, efectúan este sábado una delicada visita a Turquía para dar un empujón al acuerdo migratorio, que Ankara amenaza con incumplir.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, el vicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans y Merkel estarán la tarde del sábado en Gaziantep, cerca de la frontera siria, para visitar un campo de refugiados y reunirse con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu.
La visita se produce tres semanas después de entrar en vigor un controvertido acuerdo entre Bruselas y Ankara, que pretende disuadir los viajes clandestinos por mar de migrantes hacia Europa, confrontada a su mayor crisis migratoria en setenta años.
Turquía se ha comprometido a aceptar el regreso a su territorio de todos los migrantes que hayan entrado ilegalmente en Grecia desde el 20 de marzo. El plan prevé además que por cada refugiado sirio expulsado a Turquía, otro sirio sea "reinstalado" en algún país europeo, hasta un límite de 72.000.
A cambio, los europeos han aceptado relanzar las conversaciones sobre la adhesión de Turquía a la UE, y permitir a los turcos entrar en la Unión sin visado a partir de junio, destacando al mismo tiempo que no transigirán con los criterios exigidos.
Esta semana, los dirigentes turcos han respondido que no estarán obligados a respetar el acuerdo migratorio si los europeos no cumplen su promesa sobre la exención de visados.
"La Unión Europea necesita más a Turquía" que lo contrario, advirtió el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
La visita de este viernes "llega en un momento crítico en la aplicación del acuerdo", comenta Sinan Ülgen, de la fundación Carnegie Europe, quien destaca que muchos países europeos son reacios a la liberalización del régimen de visados para los ciudadanos turcos.
- Alemania, "del lado malo" -
Los dirigentes europeos tendrán que lidiar con la cuestión de la libertad de expresión y de prensa en Turquía, donde este viernes comenzó el proceso de cuatro profesores de universidad acusados de "propaganda terrorista", al mismo momento que dos periodistas conocidos eran juzgados por "espionaje".
Uno de estos periodistas, Can Dündar, redactor en jefe del diario opositor Cumhuriyet, ha escrito una carta abierta a Merkel para lamentar que Alemania se encuentre "del lado malo" en "la batalla entre demócratas y autócratas en Turquía".
Tusk quiso salir al paso con una tribuna publicada el viernes en varios diarios europeos, en la que afirma que las libertades de prensa y expresión "no serán jamás objeto de ningún regateo político". "Ese mensaje lo debe oír también el presidente Erdogan", apostilló.
La canciller también ha sido muy criticada en su propio país por autorizar la posibilidad de un proceso penal reclamado por Turquía contra un humorista, que presentó a Erdogan como un zoófilo en un programa de televisión. El caso ha tensado además las relaciones entre Ankara y Berlín.
Merkel ha destacado que la visita a Gaziantep permitirá hacer balance sobre la aplicación del acuerdo y decidir acciones futuras para ayudar a los 2,7 millones de sirios refugiados en Turquía.
Desde la entrada en vigor del acuerdo, el 4 de abril, 325 migrantes en situación irregular llegados a Grecia después del 20 de marzo fueron expulsados a Turquía, y 103 refugiados sirios residentes en este país fueron reubicados en la UE, según la Comisión Europea.