AFP
El padre Chito Suganob y otras personas que estaban en una catedral fueron tomadas como rehenes por miembros del "grupo combatiente Maute", declaró en un comunicado el presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, Socrates Villegas.
"Amenazaron con matar a los secuestrados si no se retiraban las fuerzas gubernamentales", agregó.
En esta parte del país, los combatientes, que han prestado juramento a la organización yihadista Estado Islámico (EI), han saqueado la localidad de Marawi.
Los combates en esta ciudad de mayoría musulmana y con 200.000 habitantes, estallaron tras un ataque de las fuerzas de seguridad contra una casa que creyeron que era la guarida de Isnilon Hapilon, considerado el jefe del EI en Filipinas.
Estados Unidos considera a Isnilon Hapilon como uno de los terroristas más peligrosos del mundo y le ha puesto a su cabeza un precio de cinco millones de dólares. Hapilon es también uno de los líderes de Abu Sayyaf, grupo islámico especializado en secuestros.
Un centenar de guerrilleros armados reaccionaron incendiando edificios y llevando a cabo diversas operaciones para distraer, según el ministro de Defensa, Delfín Lorenzana.
En las fotografías compartidas en redes sociales por los habitantes, se ve a hombres armados deambulando por las calles de Marawi e izando banderas negras, parecidas a las del EI.
Según especialistas en cuestiones de seguridad, Isnilon Hapilon está intentando unificar a los grupos filipinos que han jurado lealtad al EI.
Entre ellos, el grupo Maute, establecido cerca de Marawi, que en el último año ha librado enfrentamientos mortales contra el ejército.
"Llamamos al grupo Maute que pretende llevar las armas en nombre de un Dios misericordioso y bondadoso -el mismo Dios que los cristianos veneramos y adoramos- a hacer verdadero honor al Dios único por la misericordia y la bondad", añadió Villegas.
"En el momento de su captura, el padre Chito desempeñaba su función. No es un combatiente. No llevaba armas. No amenazaba a nadie. Su captura y la de sus compañeros viola cualquier norma de un conflicto civilizado", subrayó.
La policía y el ejército no pudieron ser contactados de inmediato.