Pese a previos intentos para limitar el acceso al tratamiento, Dinamarca tiene ahora la proporción más alta de bebés nacidos mediante técnicas de reproducción asistida en el mundo.

Si visitas cualquier parque en Dinamarca es muy probable que muchos de los niños que veas jugar nacieran por fecundación in vitro (FIV) o donación de esperma. Dinamarca es líder mundial en el uso de métodos de reproducción asistida para formar familias: alrededor del 10% de todos los nacimientos incluyen estas técnicas.

Todo el mundo en Dinamarca conoce a alguien que se ha sometido a un tratamiento de FIV y hablar sobre ello no es tabú: las charlas en las puertas de la escuela e incluso en la iglesia a menudo giran en torno a los orígenes de los niños.

Pia Crone Cristensen, madre de Sara, una niña de 2 años nacida por FIV y donación de esperma, forma parte del creciente número de mujeres solteras que hacen uso de las liberales reglas de Dinamarca para la FIV. Tras no encontrar un compañero que considerara adecuado para ser el padre de sus hijos, decidió ser madre por su cuenta cuando tenía 39 años.

"Creo que es fantástico que finalmente las mujeres tengan el control, podemos elegir quedarnos embarazadas si queremos. Creo que el problema no es necesariamente que las mujeres no quieran a los hombres sino que los hombres no se quieren comprometer a tener niños. Así que se trata de hacerlo por tu cuenta o de no tener hijos.

"Yo tuve la suerte de quedarme embarazada en la primera ronda de FIV. Me acuerdo de dar a luz y sentirme tan agradecida... Me senté en la capilla del hospital, llorando. Solo necesitaba dar gracias en algún sitio.

"La gente es muy abierta sobre el tema. Fui a un bautizo hace no tanto y. supongo que porque saben que tuve a Sara de la manera que lo hice, me comentaban: '¡Oh, estamos intentando tener otro bebé. ¿Sabes? tuvimos este con FIV y lo estamos intentando otra vez'. No tienes por qué ser muy próximo a la persona para mantener ese tipo de conversación".


Fecundación in vitro (FIV)

  • Se extrae un óvulo de los ovarios de la mujer y se fertiliza con esperma en un laboratorio
  • El óvulo fecundado se vuelve a colocar en el útero de la mujer para su desarrollo
  • La FIV funcionó por primera vez el 10 de noviembre de 1977. El 25 de julio de 1978 nació la primera bebé por FIV del mundo, Louise Brown
  • De media, la FIV falla el 70% de las veces
  • Las tasas de éxito más altas se dan entre mujeres menores de 35 años, entre las que un tercio de los ciclos de tratamiento es exitoso
  • De media, se tarda unos cuatro años y medio en concebir a través de FIV.

Fuente: Human Fertilisation and Embryology Authority/Fertility Network UK.


Financiación pública

El nacimiento de Troels Renard Østbjerg en 1983 marcó el comienzo del viaje de Dinamarca de ser tan solo otro país desarrollado intentando mejorar la incipiente tecnología a convertirse en el país con más nacimientos mediante reproducción asistida.

En la actualidad, solo Israel desafía la corona de Dinamarca. Tiene más ciclos de FIV por millón de habitantes (unos 5.000 en comparación con los 2.700 de Dinamarca), pero una tasa mucho más baja de nacimientos naturales y una elevada tasa de éxito de la FIV hacen que Dinamarca gane en cuanto a la proporción de bebés que nacen gracias a la tecnología reproductiva.

El profesor Claus Yding Anderson, del Hospital Universitario de Copenhague, quien formó parte del equipo que introdujo la FIV en Dinamarca, le atribuye su popularidad a la generosa financiación del estado.

"Refleja que tenemos un sistema público de salud que paga. Cualquier cosa que sea un tratamiento en Dinamarca es gratis, punto.

"Tuvimos un gran debate nacional sobre el hecho de que el sistema público de salud se ocupa de una nariz que está desviada o de orejas que sobresalen demasiado, que no son casos de enfermedad, así que fue bastante claro concluir: 'Por supuesto debemos incluir la FIV'.

"El dinero no crece en los árboles en Dinamarca, pero este es el sistema escandinavo. Todo el mundo está dispuesto a pagar mucho dinero en impuestos pero todos se benefician".

El doctor Sebastian Mohr, de la Universidad Karlstad de Suecia, ha seguido de cerca el crecimiento de la tecnología reproductiva.

"Dinamarca se ha reproducido a sí misma como un particular tipo de país. El estado que financia, la gente que usa los métodos, los profesionales médicos que hacen presión sobre el tema... la reproducción se ha convertido en un proyecto nacional más que un proyecto individual".

Pero Mohr señala que junto a la generosa financiación del estado llega el control estatal sobre el acceso a la FIV.

El detalle de los criterios no es público, pero solo se aprueba a personas consideradas "padres adecuados". Las mujeres mayores de 40 años no reciben el tratamiento financiado por el Estado y aquellas que superan los 45 tampoco pueden acceder a la FIV de forma privada.

Mohr alega que el proceso de toma de decisiones debería ser más público. El doctor está investigando historiales de decisiones de financiación de FIV y dice que ha visto pruebas de que a personas que son consideradas "demasiado discapacitadas" se les niega la financiación pública.

No solía ser así.

Legislación cambiante

Durante las décadas de 1980 y 1990, la FIV y otras técnicas de reproducción no estaban reguladas en Dinamarca. Los médicos decidían quién debía recibir tratamiento e inicialmente solo se les ofrecía a parejas heterosexuales la oportunidad de concebir.

Sin embargo, las clínicas privadas eran libres de tratar a cualquiera y todo era posible: el embarazo subrogado (ahora prohibido en Dinamarca), la FIV con esperma de un donante y el acceso de mujeres lesbianas a estas técnicas.

La FIV se hizo controvertida. Las feministas radicales se quejaron de que hombres con formación médica mercantilizaban los cuerpos de las mujeres, mientras que los conservadores también se oponían a la tecnología.

En 1997 el gobierno aprobó la Ley de Fertilización Artificial. Mujeres solteras y lesbianas, que durante años habían sido capaces de pagar por la FIV e inseminación de un donante, estaban ahora vetadas.

La nueva legislación desató una lucha por la igualdad de acceso, pero mientras tanto, otros encontraron un vacío legal.

La ley solo prohibía a los doctores realizar el procedimiento, lo que llevó a un auge de clínicas lideradas por matronas especializadas.

Una de estas instalaciones, la StorkKlinic, que recibió su nombre por la matrona que la fundó, Nina Stork, se convirtió en punto de atracción para mujeres solteras y lesbianas de toda Europa que querían formar una familia. Solo el 5% de sus clientes hoy día son de Dinamarca.

"La ley abrió la posibilidad para los emprendedores de establecer clínicas en las que la gente podía usar estos servicios a pesar de que la intención real de la ley era excluir a la gente", señala Mohr. "Estas clínicas demostraron que se podía hacer de forma responsable".

En 2007 se aprobó la ley actual de técnicas de reproducción asistida, que concedió acceso general a la FIV financiada por el estado independientemente del estado civil o la sexualidad de la mujer.

Gran permisividad

Esta legislación convierte a Dinamarca en uno de los países más permisivos del mundo en cuanto a quién puede acceder a la FIV, y las décadas de debate han moldeado la sociedad danesa de forma que la mayoría de las personas apoyan la posición del gobierno.

La industria de la fertilización es ahora una de las exportaciones más exitosas de Dinamarca y el país es también hogar del banco de esperma más grande del mundo, Cryos International, que tiene clientes en todo el globo.

Sin embargo, conforme ha crecido el número de mujeres danesas que recurren a la FIV y a la inseminación para tener niños, también lo han hecho las críticas.

Rasmus Ulstrup Larsen dice que el año pasado era el hombre más odiado de Copenhague.

Profesor de economía de 28 años de edad, Larsen se ha convertido en el inusual representante de una sección de la sociedad danesa que permanece inquieta por los cambios sociales que han llegado con las avanzadas leyes de reproducción asistida en Dinamarca.

En particular, algunos están preocupados por el creciente número de mujeres solteras que, como Pia Crone Cristensen, tienen hijos.

En 2017, Larsen cobró notoriedad por escribir un artículo de periódico en el que llamaba a las madres solteras "un horrible fenómeno moderno".

"El aumento de las madres solas es un resultado de la evolución sociológica. Estamos viendo en Dinamarca la ética individualista de la autorrealización. Es lo mismo que la alta tasa de divorcios. La misma cultura cultiva ambas cosas.

"Necesitamos más objetivos comunes, una forma de vivir más compartida en lugar de esta manera individualista de percibir la vida".

Larsen acepta que está combatiendo una batalla perdida.

Cada vez más madres solteras danesas tienen bebés con esperma de un donante. La proporción de bebés que nacen en Dinamarca gracias a la tecnología de reproducción asistida crece de forma constante.

Y mientras la tasa de fertilidad de Dinamarca se mantenga baja, es probable que el gobierno siga financiando tratamientos que ayuden al crecimiento de la población.

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