Pese a las protestas de cuatro Estados comunitarios, este viernes se aprobó una propuesta hecha hace dos semanas por la Comisión Europea que le permite a Alemania, Austria, Suecia, Dinamarca y Noruega prolongar los controles fronterizos en el espacio Schengen por un lapso no mayor de tres meses.

Dinamarca y Suecia fueron los primeros países en anunciar que implementarían esa medida hasta febrero de 2017. Luego, el ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, ordenó continuar la estricta vigilancia de la frontera germano-austríaca. Bulgaria, Chipre y Hungría se abstuvieron de votar.

Grecia fue el único país que se pronunció abiertamente en contra de la prolongación de los controles fronterizos. El Gobierno de Atenas lamentó que la decisión de la Unión Europea dé por sentado que 60.000 migrantes varados en Grecia podrán hallar la manera de movilizarse hacia otros Estados comunitarios.

Según el Ejecutivo heleno, esa noción no está apoyada por ningún argumento razonable. Por su parte, Hungría le teme a las secuelas económicas del "cierre” de la frontera austríaca y a un "desmoronamiento del espacio Schengen”. A juicio de Budapest, se le está dando una "respuesta desproporcionada” al problema.

Alemania fue el primer Estado de la Unión Europea en "cerrar” su frontera en respuesta al gran número de refugiados provenientes de países en guerra que entraron a su territorio en 2015. Su ejemplo fue seguido por Austria, Dinamarca, Suecia y Noruega.

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