-¿Cómo evalúas el panorama diplomático de Chile en Sudamérica, con algunas polémicas como la de Argentina por una construcción de ese país en el Hito Uno del Estrecho de Magallanes?
-Lo primero que diría es que el barrio vive momentos difíciles. Hay una grave crisis de legitimidad en el sistema político en Perú; una difícil situación económica en Bolivia, por escasez de divisas. Y en el caso de Argentina estamos viviendo momentos de polarización política provocadas, entre otras cosas, por el severo ajuste económico que experimenta la sociedad argentina.
A eso yo le agregaría un tema no menor que en Chile no siempre hemos considerado: el 14 de junio es el día en que el general Menéndez se rindió en Malvinas ante las tropas británicas. Entonces es un tema de particular sensibilidad. En este contexto, hay que ser justos y reconocer que los chilenos aportamos también nuestra cuota de inestabilidad. Porque tenemos una grave crisis de seguridad interior en el país.
Por tanto es necesario que desarrollemos el máximo esfuerzo político, económico y diplomático para hacer efectiva la prioridad latinoamericana, que el Gobierno ha declarado.
-¿Chile no ha sido consecuente con esa aspiración?
-Al respecto tengo una opinión crítica de por qué las autoridades máximas del país están en una reunión en Suiza, donde se toma partido por un beligerante, cuando nuestra posición, en el caso de la guerra de Ucrania, debe ser buscar una solución política que involucre a todos los beligerantes, no solo a uno.
El Presidente y el canciller andan afuera en una gira que yo creo que podría haber sido mejor planificada. Se hizo muy apegadita a las elecciones de la Unión Europea. Claramente no hay que ser cientista político para decir que no era el mejor momento.
-¿En el caso argentino es preocupante la situación?
-Estamos en un momento muy particular. En el último tiempo han emergido algunas diferencias con Buenos Aires, que no hay que ocultarlas. En mi opinión, la más importante de todas ellas es la distinta forma en que percibimos la plataforma continental austral. Ahí tenemos posiciones encontradas. Porque la medimos de manera distinta. Según los argentinos llega hasta allá y según nosotros tiene otro alcance. Cada país considera que el otro se excedió en su cálculo.
Pero también tenemos grandes coincidencias. Ambos países coincidimos en que lo mejor es defender la plena vigencia del Tratado Antártico. Recientemente hubo una reunión en la India donde las posiciones de nuestros países fueron absolutamente coincidentes.
-¿El hecho de que se cumplen 40 años del Tratado de Paz y Amistad le da especial relevancia a este incidente?
-El tema central sobre el Hito Uno, un aspecto que yo también podría ratificar, es que la Cancillería argentina reconoció que cometió un error. Y que está disponible para arreglarlo. Yo dejaría que nuestras Cancillerías conversen y lo resuelvan.
-Entiendo que el puesto argentino es para controlar y vigilar, pero esa misión le corresponde a Chile. Porque tiene la soberanía sobre el Estrecho.
-Me quedo con el argumento categórico que establece el tratado respectivo: el Estrecho de Magallanes es chileno. Y punto.
-¿Hay cierta debilidad en la diplomacia chilena en estos temas?
-Hay cosas que se pueden gestionar mejor. Hemos tenido grandes aciertos. Por ejemplo, la política de construcción de confianza mutua con Argentina. Pero hemos tenido también grandes fracasos, como fue la política de las cuerdas paralelas en el diferendo marítimo con Perú. O errores gigantescos como la operación de Cúcuta, que dirigió el entonces canciller Ampuero. Hay que ver la película completa, no quedarse con un un puro capítulo.
Respecto al tema de los paneles solares en el Hito Uno, entiendo que pasaron por territorio chileno, entre febrero y abril. Pero si hubiera habido algo extraño, debería haberse informado. Y si no se informó es porque no se conocía, lo que me parecería muy complicado.
-¿Cómo observas la situación de la política exterior de Chile, con controversias en España, Venezuela, Israel y Argentina?
-No tenemos ningún flanco con España. Lo que tenemos es un embajador nuestro que cometió un grave error. Pero eso no afecta las relaciones bilaterales de Chile con España. La experiencia enseña que hay que colocar personal experimentado y con rigor profesional en el manejo de estos temas en Defensa o en Cancillería, que son los dos brazos estatales de la política exterior de Chile.
-En el caso de Venezuela, la polémica por los dichos del fiscal de ese país sobre el caso Ojeda aún no se apaga. ¿La posición internacional de Chile queda debilitida?
-Por razones de diverso tipo, Venezuela se transforma a ratos en un tema central de la política chilena. Cuando en realidad es un tema de baja intensidad. Lo que yo diría es que la política exterior es de Estado, no son políticas de gobierno. Por ejemplo, no tenemos relaciones con el gobierno del Presidente Milei, sino con el Estado argentino.
-¿Y existe buena relación, pese a las diferencias ideológicas?
-Es un buen momento para materializar eso. Sería muy bueno que hubiera encuentros presidenciales, que no han habido en seis meses. La prioridad nuestra tiene que ser América Latina, porque aquí es donde tenemos los principales desafíos, que son bastante comunes: cómo tratar la inmigración, la reanimación económica. Son temas que preocupan a todos los países. Las relaciones son de Estado, no tienen que necesariamente medirse a través de incidentes puntuales y coyunturales.
-¿La actuación de Cancillería ha sido reactiva?
-Hay designaciones que no se entienden, como la de Javier Velasco en España. Tuvimos un caso ahí con la ex embajadora en Inglaterra. Tanto en la política exterior como en la política de Defensa, uno tiene que tener una máxima especialización. Es como la selección chilena. Me importa que juegue bien. No debiera haber distinciones políticas, sino que tengan las capacidades profesionales y conocimiento de los temas. De lo contrario, se cometen errores.
En el paquete completo, yo diría dos cosas: la región está muy conmovida y necesitamos el mayor esfuerzo político diplomático para estabilizar la región, empezando por Chile. En el caso concreto de Argentina y el Hito Uno, la propia Cancillería argentina reconoció que cometió un error y está disponible para subsanarlo y eso me parece muy satisfactorio.
-¿Hay que esperar que se concrete la rectificación?
-No me gusta el verbo esperar en diplomacia. Hay que ser proactivo. La Cancillería tendría que estar de cabeza en esto, darle prioridad. Yo creo que el respaldo de la OTAN a Zelenski no es prioritario para Chile. Algunos piensan que sí. Yo creo que para el Presidente Boric debería ser más prioritario preocuparse de lo que está pasando en la región. Más que en Ucrania, tiene que enfocarse en los vecinos.