Durante la mañana de este sábado de votaciones, se vivió una extraña situación en el Liceo Darío Salas de la comuna de Santiago, donde las cabinas de voto no contaban con ninguna protección para la privacidad de los sufragantes.
Desde 1958 en Chile, el voto es genuinamente secreto. Por lo tanto, el hecho llamó la atención y la responsabilidad se traspasó al delegado de la junta y al representante del Servel, que durante la inspección tenían la obligación de informar que no existían las cortinas para las cámaras.
El delegado del Servel del local, aseguró que fue él quien malinterpretó las instrucciones sobre el uso de las cortinas. "Había una indicación sobre el COVID-19 de que las cámaras deberían estar libres y nosotros optamos por dejarlas lo más aireadas posibles", agregó.
De todas formas, para la tranquilidad de los ciudadanos que ya ejercieron su derecho a votar, los sufragios no pueden ser impugnados. Además, las cortinas ya fueron establecidas en todas las cámaras de votos del recinto.