El sitio de reportajes, CIPER, publicó este sábado una investigación sobre Sergio Jadue y las razones de su salida de la presidencia del ente regulador del fútbol, además del proceso judicial que está enfrentando en Estados Unidos.

El ex timonel de la ANFP se vio perjudicado tras la caída de sus hombres más cercanos en la Conmebol y en el ámbito local, perdió el apoyo de los mismos quienes lo pusieron en lo más alto del fútbol nacional.

Corrupción en la Conmebol

Según devela CIPER, la caída de Sergio Jadue comenzó a constituirse el pasado martes 3 de noviembre, cuando José María Marín, ex presidente del fútbol brasileño, fue extraditado de Suiza a Estados Unidos donde quedó a disposición de Loretta Lynch, la fiscal a cargo de la investigación de los casos de corrupción en la Conmebol.

El 27 de mayo de 2015, la fiscal Lynch anunció que estaba investigando a los más importantes directivos sudamericanos, porque la empresa Datisa, que se adjudicó los derechos de la Copa América, había pagado US$3 millones al presidente de la Conmebol y la misma cifra a los representantes de Argentina y Brasil. A otros siete dirigentes les había pagado US$1,5 millón. Entre estos últimos es donde, se sospechaba, podía estar Jadue.

Lynch ya había recibido la confesión del brasileño José Hawilla, propietario de Traffic, la poderosa empresa sudamericana de compraventa de derechos deportivos, quien reconoció haber pagado las coimas a los dirigentes de la Conmebol. En junio cayeron los argentinos Alejandro Burzaco, Hugo Jinkis y Mariano Jinkis; dueños de las firmas Torneos y Full Play respectivamente.

Una vez que obtuvo la colaboración de los empresarios Hawilla y Burzaco que pagaron los sobornos, la fiscal Lynch fue por los dirigentes que recibieron las coimas. Los primeros miembros de la Conmebol en caer fueron el venezolano Rafael Esquivel, el brasileño José María Marín y el colombiano Luis Bedoya. Con estos últimos colaborando con la fiscal, Jadue olió el peligro más cerca que nunca, señala la investigación de CIPER 

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Marín aterrizó en Estados Unidos el 3 de noviembre, pagó una fianza de US$15 millones y arriesga hasta 24 años de cárcel. Su caída fue la luz roja que se encendió para todos los integrantes de la testera de la Conmebol. Sólo un día después Bedoya siguió sus pasos. El colombiano ya sabía cuáles eran los cargos que se le imputaban en Estados Unidos. 

El pasado miércoles 4 de noviembre, Luis Bedoya Giraldo, presidente del fútbol colombiano y vicepresidente de la Conmebol viajó a EE.UU. para ponerse a disposición de la justicia y así poder recibir una condena más blanda en relación a la investigación de la fiscal Loretta Lynch, quien acusa a los principales dirigentes de la Conmebol de haber pactado el pago de unos US$100 millones en coimas a cambio de los derechos de la Copa América hasta 2023. En ese momento, el nombre de Sergio Jadue aún no figuraba entre los que habían sido acusados directamente por la fiscal.

El 9 de noviembre, Bedoya renunció formalmente a la federación colombiana enviando un mensaje desde Nueva York. Ese mismo día Jadue salió del país y volvió el jueves 12 de noviembre con la certeza de que su carrera se había desplomado.

El jueves 12 de noviembre, Sergio Jadue aterrizó en Chile en un vuelo proveniente desde Brasil. Según el reportaje periodístico de CIPER, la caída de Bedoya, obligó a Jadue a colaborar con la investigación de la fiscal norteamericana a cambio de una pena menos severa, eso fue lo que negoció con agentes de la oficina regional que tiene el FBI en ese país. 

El dirigente chileno habría recibido US$2,2 millones en coimas. Ya desde mayo estaba en conversaciones con la justicia de Estados Unidos afinando los detalles de su entrega: sólo le darían una pequeña suma para la subsistencia de su familia y tendría que portar de manera una tobillera electrónica para evitar su fuga.

Es así como el día martes 17, justo cuando se jugaba el partido entre Chile y Uruguay, el ex presidente de la ANFP concretó en forma definitiva su salida del país, rumbo a Estados Unidos. 

Jadue pierde el piso de los clubes grandes

El reportaje de CIPER asegura que el saliente presidente del ente regulador del fútbol no previó que, al momento en que volvió a abrirse la posibilidad de que la ANFP adquiera el 20% del canal del fútbol  -que sigue en poder del empresario Jorge Claro- se generarían tantos conflictos. Fox Sports podría financiar la compra de ese porcentaje (valorada en US$200 millones) a cambio de la concesión del canal hasta 2028. Pero Jadue no quería que la propiedad y administración del CDF salieran de las manos de la ANFP. El problema para Jadue es que los dueños de los clubes grandes veían con buenos ojos esta operación.

La negociación por el CDF tiene como fecha límite para materializarse este 31 de diciembre y cuando ya estaba entrando en tierra derecha, vino la debacle Conmebol. En ese momento la revista Qué Pasa difundió este viernes 20 que el dirigente “había creado durante su mandato un vehículo jurídico conocido en el mundo financiero como sociedades offshore en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes, desde donde manejaba hasta hace poco grandes sumas de dinero. Las operaciones fueron realizadas a través de Amicorp, una empresa dedicada a las asesorías de inversiones”.

Los clubes más grandes se inclinaron por aceptar la oferta de la cadena estadounidense Fox Sports, que es administrada en Sudamérica por la empresa argentina Torneos, propiedad de Alejandro Burzaco uno de los investigados por el FBI por haber pagado sobornos a los dirigentes de la Conmebol. La oferta de Fox consiste en financiar la compra del 20% de Jorge Claro y quedarse con la administración del canal hasta 2028, asegurando una utilidad a repartir entre los clubes de $45 mil millones anuales, con un incremento de 5% por año. Hoy el CDF reparte cerca de $33 mil millones. A los clubes les gusta esta fórmula, porque no enajena la propiedad del canal y aumenta considerablemente los montos a repartir.

CIPER afirma que Jadue llegó a deslizar en privado duras críticas contra los dueños de Azul Azul, la sociedad propietaria de la U. de Chile, porque a su juicio no debían opinar sobre la venta del CDF, debido a que tenían un conflicto de interés.

Pero lo que más molestó a los dirigentes, fue que tras conocerse el interés de las cadenas internacionales la Fiscalía Nacional Económica anunció, el 26 de octubre, que pondría bajo estudio los posibles “riesgos anticompetitivos” en la eventual venta del CDF.

La intervención de la autoridad económica prácticamente paralizó las conversaciones que algunos dirigentes mantenían en reserva con Fox y dejó en suspenso la operación hasta hoy, cuando sólo queda poco más de un mes para que se cumpla el plazo, fijado para el 31 de diciembre, en que debe materializarse la compra del 20% que tiene Jorge Claro.

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