El desfile de San Nicolás no ha cambiado desde hace siglos en el pueblo austriaco de Bad Mitterndorf, lo que le ya le generó una prestigiosa clasificación de la Unesco.
Patriarcas desaliñados, látigos que restallan en la noche nevada son algunas de las características de esta costumbre cristiana, "de las pocas conservadas en ese estilo", según la Unesco, que se realiza todos los 5 de diciembre desde el siglo XIX y pertenece al patrimonio mundial inmaterial.
San Nicolás, celebrado en el mundo germánico desde hace siglos, es acompañado en esta localidad alpina de Estiria por decenas de personajes cornudos como salidos del infierno. Entre ellos los “Krampus”, que cubiertos de piel de oveja negra golpean a la muchedumbre para castigarlos por haber pecado, gritan de manera terrorífica y lucen horribles máscaras de madera esculpidas a mano.
"Krampus", el ser que aterroriza a los niños en Navidad
En varias regiones de Austria, sigue manteniéndose la tradición del "Krampus", una suerte de diablo que asusta a los niños en las calles con sus campanillas y sus garras el 5 de diciembre, justo antes del día de San Nicolás.
Según la folclorista Helga-María Wolf, de acuerdo con AFP, "el Krampus remonta a la pedagogía medieval", cuando "para poder infligir castigos a los niños se necesitaba un contraejemplo al personaje de San Nicolás (Viejito Pascuero)".
Las "Perchten" (máscaras), que desfilan entre Navidad y Año Nuevo por las calles de los pueblos y las ciudades austriacas, son una tradición que remonta a las creencias cristianas del siglo VIII. Wolf explica que "las 'Perchten' encarnan el mundo 'malo', que se opone al mundo 'bueno' de la religión".
Por su parte, National Geographic plantea que este ser mítico, que en las leyendas golpea a los niños traviesos con su vara de abedul, además de que los captura y los arrastra al inframundo, tras encerrarlos en su saco, proviene de una mezcla de tradiciones paganas y mitologías antiguas.
Mientras que Gertraud Seiser, investigadora del Departamento de Antropología Social y Cultural de la Universidad de Viena, señaló a Live Science que “la tradición del Krampus ciertamente tiene varios orígenes, que se ubican en diferentes contextos históricos y geográficos”.
Ese origen se remontaría a tiempos antiguos, cuando los pueblos germánicos comenzaron a crear historias que combinaban elementos de las creencias nórdicas con las costumbres locales.