Durante el último tiempo, Justin Bieber se ha relacionado de una forma bastante peculiar con su fanaticada. Tiró al suelo una bandera que recibió tres segundos antes, aseguró que no se tomaría más fotografías con los fans y pidió que no le lanzaran más regalos al escenario. En medio de eso, se peleó con un hombre luego de un partido de básquetbol y fue golpeado en un bar en Alemania.
Pero la voz de "Sorry" no deja de superarse a sí mismo y lo dejó de manifiesto en su último concierto en Birmingham, brindado este lunes. Allí, el cantante le dijo a los asistentes que buscaran otra forma para demostrarle el cariño que le tienen.
Hasta allí todo bien, salvo por el hecho de que se refería a que dejaran de gritar durante el espectáculo.
"Intenten demostrarme su cariño de una manera diferente. Lo comprendo, de verdad. Pero tanto grito es muy desagradable. Sé que es lo que todo el mundo hace, cuando vas a un concierto te pones a gritar y todo eso. Pero si en lugar de ello pudieran gritar una vez acaban las canciones, para disfrutarlas...", expresó Bieber, justo después de comenzar a contar una de sus vivencias lejos de su familia.
"Los gritos son geniales, no pasa nada, de verdad, pero estaría bien que se calmaran un momento para que pudieran oírme hablar. Porque a veces tengo la sensación de que no pueden escucharme y se vuelve todo un poco frustrante. Así que, ¿podrían dejar de gritar a todo pulmón? ¿Les parece bien?", añadió.
Y aunque de regreso se escuchó un "no" ante la petición, las palabras de Bieber calmaron un poco a sus bulliciosos seguidores.
