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Política

Nominación de Narváez sorprende al Partido Socialista

Nominación de Narváez sorprende al Partido Socialista
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En el partido dicen que no estaba en sus cálculos el nombre de la psicóloga para reemplazar a Marcelo Díaz en la vocería.

Fue una sorpresa en las filas del PS. Así resumen en la tienda lo inesperado que resultó para muchos en el Partido Socialista el nombramiento este viernes de Paula Narváez como nueva ministra vocera de Gobierno.

En los últimos días en la colectividad se venía especulando informalmente con la posible llegada a la Segegob de alguna figura con experiencia ministerial previa, como el embajador de Chile en Argentina, José Antonio Viera-Gallo o el agente de Chile ante La Haya por la demanda boliviana José Miguel Insulza.

Como sea, aunque Narváez es una antigua militante, dicen en la colectividad, su nombre no había sido sugerido desde la tienda de calle París. La Presidenta, finalmente -dicen los consultados-, se inclinó por una personera cuyo perfil es el de una reconocida "bacheletista".

En el PS, Narváez ha sido identificada tradicionalmente como cercana a la Nueva Izquierda, liderada por el ex senador Camilo Escalona, a la que también adscribió Bachelet. En la actualidad, sin embargo, varios aseguran que el vínculo con el timonel de la tienda se ha enfriado.

De hecho, en el partido dicen que es una militante alejada de la primera línea y que carece de grandes redes internas.  

Como sea, se apuesta a que retomará la histórica relación con el ex senador y que también se apoyará en otras figuras con las que cultivó alguna cercanía, como el ex ministro y actual presidente del directorio de TVN, Ricardo Solari, de quien Narváez fue seremi en Los Lagos cuando aquél ejerció como ministro del Trabajo. 

Como sea, en el partido insisten en que su llegada a la Segegob no tuvo que ver con propuestas del PS, sino con su cercanía a los círculos más estrechos de la propia Mandataria.

Segundo piso

Narváez, psicóloga de profesión, había llegado en 2014 a La Moneda de la mano de Bachelet para ocupar uno de los cargos de mayor confianza: jefa de gabinete de la Presidenta. Esto, tras haberla acompañado en ONU Mujeres en Nueva York y antes, en el primer gobierno bacheletista, haber sido designada por la Mandataria como delegada ante la catástrofe por el volcán Chaitén.

En julio de 2015, diesciseis meses después de su llegada como jefa de gabinete en este segundo mandato, sin embargo, las cosas cambiarían. Ese mes, Narváez hizo uso de su posnatal y a su regreso en 2016 el cargo había sido ocupado por la abogada -también socialista- Ana Lya Uriarte.

La relación entre ambas, dicen fuentes oficialistas, se resintió. Narváez permaneció en el segundo piso de La Moneda, pero esta vez en el equipo de Avanzada que lidera María Eugenia Paris. 

Su salida de la jefatura de gabinete impactó también en la relación que Narváez tenía con Bachelet: se perdió el contacto diario y algunos aseguran que fueron cada vez más distantes sus conversaciones.

No sólo eso se había modificado. Uno de sus más cercanos en Palacio, el ex ministro de Interior, Rodrigo Peñailillo, había sido removido en mayo de 2015 por Bachelet, en medio de la restructuración del comité político.

Así, en La Moneda a Narváez la identifican más con los equipos "originales" de gobierno: aquellos que llegaron con Bachelet al comienzo del gobierno en 2014. 

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