No hubo acuerdo el viernes pasado en el último encuentro entre las potencias exportadoras de petróleo, que se reunieron en Viena para buscar una estrategia que les permitiera enfrentar la caída en la demanda de crudo que se vive a nivel global, a raíz del coronavirus.
El mayor productor de petróleo del mundo, Arabia Saudita, no logró convencer a sus pares de la necesidad de contraer la producción, y por lo mismo inició lo que ya ha sido bautizado como una declaración de guerra: decidió bajar sus precios (el mayor recorte de los últimos 20 años, aprovechando sus bajos costos) y subir su producción de crudo, lo que significa descuentos sin precedentes en Europa, Medio Oriente y Estados Unidos, asegurando así que le compren a ellos, y no a otros proveedores, provocando un shock a nivel mundial.
“Los ingresos de muchos países dependen del petróleo. En nuestra región, las exportaciones que hacen Colombia y Ecuador son muy importantes. Y en México, por ejemplo, la capacidad de gasto público se puede ver comprometida. Eso está reflejando la bolsa hoy. La volatilidad refleja la incertidumbre de la situación financiera de esos países”, explica Axel Christensen, director de estrategia de inversiones para América Latina de BlackRock, la mayor empresa de gestión de activos del mundo.
Abruptas caídas
Este lunes, el petróleo ha perdido un 30% de su valor, y la bolsas experimentan fuertes caídas: El Merval y el Bovespa, casi un 10%; el S&P 500 casi un 6%; y en Chile, en lo que va del día, el IPSA cae más del 3%, lo que se explica, en buena parte, por la incertidumbre que han provocado no sólo la decisiones respecto al petróleo, sino que también el coronavirus.
Algo que el ministro de Economía, Lucas Palacios, contempló hoy en Twitter, dejando, sin embargo, ciertos brotes de esperanza. “Mercados siguen golpeados por el efecto del coronavirus y todo indica que podría ser otro día complejo para el cobre, la bolsa y el peso”, agregando “que de mantenerse el exceso de oferta (de petróleo), veremos bajas en precios de los combustibles en Chile”, escribió.
Aunque no hay total consenso entre economistas sobre cómo esta crisis global va a impactar a Chile, el socio de Betasock, Juan Muzard, tiene una mirada más bien optimista de todo esto. “Como primera derivada el término de relación entre Arabia Saudita y Rusia dentro de un contexto de coronavirus incrementa fuertemente la volatilidad pegándole a todos los activos financieros, pero como segunda derivada será positivo para Chile mejorado los términos de intercambio y beneficiando a las empresas dependientes de energía y al consumidor final”, analiza.
La situación, sin embargo, está lejos de ser sencilla, sobre todo para el Banco Central, que deberá tomar definiciones a fines de marzo y conjugar diversas variables antes de concretar una baja de tasas.