En México, los ánimos están aún caldeados por los anuncios de Donald Trump. Durante su campaña insultó a los inmigrantes mexicanos en EE. UU. calificándolos de "criminales y violadores”, amenazándolos con deportaciones masivas si no poseían una estadía legal, así como con la construcción de un muro en la frontera. Como si esto fuera poco, también cuestionó la existencia del Nafta. Tanto fue el impacto, que el peso mexicano cayó a mínimos históricos.
Aumentan las exportaciones
Los datos macroeconómicos, en cambio, auguran a la economía mexicana un futuro menos oscuro que el que se había profetizado poco después de la elección de Trump. Por ejemplo, las exportaciones de productos no petroleros aumentaron en un 5,5 por ciento en comparación con el año anterior. Y la industria automotriz mexicana, sobre la cual también pendía la amenaza de Trump de introducir tasas de importación, registró los mejores resultados trimestrales desde 2011. El peso se recuperó y llegó al nivel de antes de las elecciones. Además, las finanzas públicas se mostraron más robustas de lo que se suponía, y la tasa de desempleo está en el nivel más bajo desde hace nueve años, a pesar que el sector de empleo informal aún es de grandes proporciones.
"Las expectativas han mejorado notablemente en los últimos meses”, evaluaron analistas del banco mexicano Bancomer BBVA en un informe reciente sobre la situación de la economía mexicana. "Parece ser que el tono más conciliador de la administración Trump en los últimos meses acerca del Nafta y de México acrecentó la posibilidad de que la economía mexicana lograra buenos resultados. En general, la situación parece menos preocupante y los mercados lo notan”, señala el informe.
Inflación importada
Pero el peligro de inflación sigue vigente y depende solo en parte de la política de Trump. El Índice de Precios al Consumidor sumaba un 4,48 por ciento en marzo (últimos 12 meses), casi un punto y medio porcentual más alto que antes de los comicios en EE. UU. Según expertos, la inflación podría llegar este año en México hasta un cinco o seis por ciento, y eso tendría efectos en el consumo interno. El aumento de precios está relacionado, sobre todo, con la liberalización de los precios de la gasolina por parte del Gobierno mexicano a principios de año, así como con el peso débil, que encarece los productos de importación que llegan de EE. UU.
Asimismo, hay que aguardar lo que suceda en las nuevas negociaciones del Nafta. "Haremos grandes cambios o terminaremos de una vez por todas con el Nafta”, dijo Trump la semana pasada durante una visita en Milwaukee, Wisconsin. "El Nafta es malo para nuestro país, nuestras empresas y nuestros trabajadores”.
¿Qué pueden decir entonces los mexicanos? Si bien el Nafta atrajo muchas inversiones al país, no es, en líneas generales, un gran éxito para México. Más de la mitad de la población mexicana sigue viviendo por debajo del umbral de pobreza, los sueldos están estancados y la tremenda brecha entre pobres y ricos aumentó aún más desde la introducción de ese tratado, en 1994. El gobierno mexicano ya anunció que no aceptará un "mal negocio”.
La anunciada construcción del muro entre EE. UU y México sigue siendo un tema delicado entre ambos países. El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, canceló, pocos días después de que asumiera Trump, un encuentro con el mandatario estadounidense luego de que este amenazara con que sería mejor anular la reunión "si México no está dispuesto a pagar el muro”.
Varios encuentros entre el ministro mexicano de Exteriores, Luis Videgaray, y su homólogo de Estados Unidos, Rex Tillerson, lograron apaciguar los ánimos. Pero el Gobierno mexicano dijo en reiteradas oportunidades que la construcción del muro no es un asunto bilateral, sino un asunto de EE. UU. que México vería como "un gesto poco amistoso”. En las últimas semanas, diputados republicanos y demócratas rechazaron la edificación del muro en diversos Estados, como Texas, Arizona y California. Pero el tema aún está sobre la mesa y podría opacar nuevamente las relaciones entre ambos países.