Hacienda se anticipa a debate presupuestario 2016 al sincerar negativo panorama económico
Por José Carlos Prado
Cuando se aprobó el presupuesto de este año, el gobierno proyectaba que el PIB crecería un 3,6% y que el precio del cobre promediaría US$ 3,12 la libra. Pero la realidad dijo otra cosa: al primer trimestre la economía llegó apenas al 2,4%, por lo que el Banco Central redujo su estimación en un rango que va entre 2,25% y 3,25%. El cobre, por su parte, no superaría US$ 2,80 la libra durante el presente ejercicio.
Preocupado por esta situación, una de las primeras tareas de Rodrigo Valdés como ministro de Hacienda, fue revisar las cifras para hacer un diagnóstico del escenario actual de la actividad local. Su conclusión: el gasto público no puede seguir creciendo al ritmo actual (9,8%) y para eso es necesario priorizar la agenda del gobierno de ahora en adelante.
La recaudación de la Reforma Tributaria
Hasta ahora, el Ejecutivo no ha dicho qué quedaría fuera de la llamada “priorización”. Aseguran que el programa y sus reformas se van a cumplir, que la Reforma Tributaria entregaría los recursos necesarios para ello, principalmente para la reforma educacional.
Entonces, la pregunta que se hacen todos es: ¿Cómo se logrará financiar todo lo comprometido con un crecimiento a la baja?
Cercanos a Hacienda señalan que si bien la reforma tributaria cumplirá con sus objetivos de recaudación anual del PIB (0,97% en 2015; 1,84% en 2016; 2,30% en 2017 y 3,03% desde 2018 en adelante), los montos percibidos podrían ser menores debido a la menor expansión de la actividad.
Habrá que esperar para ver si este año la reforma tributaria logra ingresos para el fisco por los cerca de US$ 2.500 millones proyectados por la Dirección de Presupuestos (Dipres).
Presupuesto versus déficit
Tras el Consejo de Gabinete de hoy, el ministro de Hacienda señaló que "yo no estoy hablando de un ajuste, estoy hablando que el crecimiento del gasto tiene que ser a un ritmo menos rápido de lo que estábamos acostumbrados. Esto se hace en el marco de un trabajo en que tenemos que mejorar la gestión y preocuparnos que los presupuestos se orienten a las prioridades principales que tenemos”.
De esta forma, el jefe de la billetera fiscal deja en claro que sus ojos están centrados en moderar el presupuesto fiscal.
El primer paso es sincerar que la economía no está creciendo al ritmo que se esperaba y que, por tanto, el esfuerzo fiscal debe ir quedando atrás para dar paso al sector privado, dicen en el gobierno.
El problema de Valdés sería que los números no cuadran, poniendo en riesgo una de los principales activos de Chile: la regla de balance estructural. Para 2018 el gobierno se fijó como meta regresar a 0%. El problema, sin embargo, es que el crecimiento potencial del país estaría muy debajo del 4,3% actual, incluso en el mercado ya se manejan cifras entre 3,5% y 4%.
Por eso, señalan varias fuentes, el propio ministro de Hacienda se ha encargado de consultar a destacados expertos de la plaza sus proyecciones. Según dicen, las cifras no son muy alentadoras.
Lo anterior, sumado a un cobre que estaría en unos US$ 2,90 la libra, no permitiría que el gasto fiscal 2016 supere el 4,5%, menos de la mitad del que se está ejecutando actualmente.
Ministerios dan cuenta de ejecución
Una de las tareas de los ministros será precisamente comenzar a trabajar con un erario menos expansivo para el próximo año. Sin ir más lejos, está semana comenzó una etapa regular dentro del Ejecutivo que se denomina “formulación presupuestaria”.
Cada uno de los servicios, pasando por los respectivos ministerios, tiene cuatro semanas para enviar esta información, la que contiene, principalmente, el proyecto de presupuesto para el próximo año.
Una vez conocido y analizado por la Dipres, se inicia una serie de reuniones para definir finalmente la necesidad de recursos y el incremento que se dará en cada una de las partidas.
Convencer a los parlamentarios
La próxima semana se concretará una reunión entre el ministro de Hacienda y los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría. En esa oportunidad, el secretario de Estado tratará de buscar apoyo a su diagnóstico para, adelantan algunos, allanar el camino para la discusión presupuestaria que se viene en septiembre próximo.
El problema es que algunos parlamentarios ya han hecho públicas sus discrepancias sobre lo anunciado por Valdés, por lo que se prevé una difícil tarea para el ministro: la primera desde que llegó a ocupar la oficina del piso 12 de Teatinos 120.