Directores de SQM se preparan para complejo directorio y se reabre fantasma del control
Mañana a las 14 horas los directores de SQM almorzarán en El Trovador 4285, el cuartel general de la minera. Con seguridad, el menú será lo que menos importe. Desde la semana pasada, antes que el SII se querellara contra Pablo Wagner y su cuñada María Carolina de la Cerda por una boleta entregada a SQM, algunos de los directores de la minera no metálica ya mostraban preocupación por el tema, dado que el nombre de la firma había aparecido entre las eventuales compañías que habrían incurrido en entregar boletas ideológicamente falsas.
La querella del SII y la posterior incautación de la contabilidad de la firma, fueron clave para que los movimientos se intensificaran con la finalidad de conocer qué es lo que pasó con las boletas.
Fuentes señalan que el viernes se llegó a pensar en solicitar un directorio extraordinario, pero dado que mañana es la reunión ordinaria de directorio, las cosas quedaron como estaban. Eso no significa que mañana la discusión no sea compleja.
Potash a la cabeza
Quienes lideran el mayor descontento con la situación son los directores nombrados por Potash Corporation of Saskatchewan (PCS): Wayne Brownlee, vicepresidente y gerente de finanzas de PCS; el socio de Claro y Cía. José María Eyzaguirre y el gerente corporativo de BTG Pactual, Alejandro Montero.
Cercanos al directorio señalan que si mañana la administración de la compañía liderada por el gerente general, Patricio Contesse González, no entrega mayores detalles de lo que está sucediendo, los representantes de PCS solicitarán un profundo estudio de la lista de proveedores para detectar si hay más boletas de las dos que ya se conocen que fueron entregadas a SQM: la de la cuñada de Pablo Wagner y la de Reactor SPA, vinculada a la campaña de Pablo Zalaquett.
¿Pero qué pasa con los otros directores? La mesa directiva de SQM está liderada por Julio Ponce, presidente del directorio. El grupo de directores cercano al empresario, que fueron elegidos con votos de él son: Wolf von Appen, Hernán Buchi y Patricio Contesse Fica.
Además, el directorio está compuesto por Juan Antonio Guzmán, quien ingresó en abril de 2014 al directorio de SQM, luego de conseguir el apoyo de minoritarios y de Julio Ponce, lo cual dejó a las AFP sin representante en la mesa.
Bajo este escenario, las cosas parecen “estar cuesta arriba” para PCS, ya que corre francamente con desventaja, dado que la mayoría del directorio está allí por el apoyo que le entregó Ponce.
Sin embargo, hay quienes señalan que podrían contar con adherentes a su causa. Uno de ellos es el empresario y uno de los controladores de Ultramar, Wolf von Appen, a quien le estaría incomodando mucho lo que se está viviendo en SQM, ya que le molesta que la firma esté vinculada en temas legales y que ello pueda perjudicar su manejo comercial.
Además a esto se suma que el Ministerio público podría citar a ejecutivos en los próximos días, lo cual ha puesto en alerta a los actuales directores, pero también a quienes participaron en la mesa directiva entre los años 2009 y 2014.
Por esta razón, von Appen sería uno de los directores que tendría una posición dura en el directorio de mañana. De hecho, se indica que en el último tiempo el empresario ha logrado generar lazos de amistad con el CEO de Corporation of Saskatchewan, Jochen Tilk, lo cual ayudará bastante también en este acometido. Jochen Tilk ya estuvo en Chile el año pasado, donde tuvo contacto con el directorio.
El control de SQM
Así el panorama, nuevamente se pone en discusión el tema sobre el control de SQM.
Esta es la segunda vez en menos de un año que el tema reflota. En marzo del año pasado, el ex CEO de PCS, Bill Doyle, en una presentación en Nueva York, sobre el estado de la industria y las condiciones del mercado del potasio, hizo un par de declaraciones que tuvieron fuerte eco en Chile.
Cuando estaba en la sesión de preguntas un asistente le consultó si PCS tenía pensado aumentar su participación en las compañías que participaba, ante lo cual Doyle respondió que en el caso de “SQM, sí”, agregando en el largo plazo les gustaría ser el accionista mayoritario y: “creo que hay posibilidad en el futuro”, agregó.
Las declaraciones de Doyle de ese minuto encendieron las alarmas en el mercado, ya que las declaraciones fueron consideradas como un mensaje a Ponce, especialmente cuando meses antes –septiembre de 2013- la SVS había hecho pública la formulación de cargos contra él -entre otros-, lo cual dejaba al presidente de SQM en una posición debilitada.
SQM vivió un 2013 complicado producto del fin del cartel del potasio, lo cual arrastró los papeles de la compañía y golpeó la posición financiera de las sociedades Cascada, a través de las cuales Ponce controla SQM.
Todo esto, hizo especular al mercado que Ponce se vería obligado a salir a vender parte su participación en la minera no metálica.
Por eso hoy, cuando surge una nueva polémica en SQM, que amenaza con minar las buenas relaciones que se había mantenido dentro del directorio, surge nuevamente el tema sobre si el control de SQM estará en disputa.
Cercanos a las compañías dicen que todo dependerá de cómo avance la arista que investiga el Ministerio Público, ya que si el directorio llega a encontrar más boletas ideológicamente falsas, lo más probable es que la discusión suba de tono y que se tomen medidas más fuertes, como por ejemplo, pedir que se investigue qué ejecutivos estaban al tanto del tema, lo cual podría traer consecuencias en la actual administración.
Esto podría ser una medida de presión que termine por escalar aguas arriba y que nuevamente ponga los ojos sobre el control de la minera.
En todo caso, para modificar los estatutos se debe hacer en junta extraordinaria de accionistas, la que deberá ser convocada con ese propósito expreso.
“El porcentaje necesario para modificar los Estatutos varían entre (i) la mayoría de las acciones representadas en la reunión a (ii) 75% del total de las acciones emitidas, dependiendo de los artículos a modificar”, dice un documento de la firma.
Hoy el tope de control está en el 32% y Ponce tiene cerca del 30% y mantiene el control gracias a la alianza que tiene con la japonesa Kowa, con lo que agregó 2,3% a su participación, sumando 32,6%