Por Carlos Agurto y Cristián Rivas
Una lista de 22 personas que aportaron recursos por poco más de $ 600 millones está detrás de las 15 querellas por estafa que se investigan en el Juzgado de Garantía de Concepción, respecto a las sociedades en que estuvo involucrado el economista Rafael Garay, Burse Up y Capital & Investment.
En la abultada carpeta de la investigación que dirige la fiscal Marcela Barahona, se acusa específicamente a Esteban Aedo como administrador y socio de estas sociedades. El resto de los socios —Rafael Garay, Andrea Catalán, Rafael Kuncar, Katherine Osses y Paul Vergara—, han presentado declaraciones y varios de ellos también han presentado querellas en contra de Aedo, al igual que otras dos personas que trabajaban con él y que aseguran haber sido utilizados.
En ellas, los argumentos están asociados principalmente a que desconocían que Aedo realizaba operaciones de captación de recursos con el modelo piramidal, ajeno al espíritu de la sociedad de recaudar fondos para impulsar proyectos de innovación.
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Entre los clientes querellantes, la lista la integran profesionales de distinto tipo y sus aportes van desde los $ 2 millones hasta los $170 millones que puso uno de ellos, pero que captó entre varios de sus cercanos, como fue el caso de varios otros. Las acciones se presentaron todas durante el mes de marzo de este año y fueron agrupadas en una causa.
Aedo, que actuaba como administrador de las sociedades también prestó declaraciones a la Fiscalía y detalló qué se hizo con los recursos recaudados. Dijo que se había devuelto como utilidades unos $ 160 millones y de los $ 400 millones restantes, entre $160 y 180 millones fueron utilizados en Burse Up para funcionar el año 2015, y pagar deudas a “amigos y personas que nos habían prestado dinero”. Además, relata la compra de vehículos, una camioneta y un jeep, la inversión en una perfumería y otras sociedades, el pago de $ 10 millones a Rafael Garay cuando dejó la sociedad en 2015 y y varios otros gastos de oficina y viajes.
En su declaración Aedo también lanzó varias acusaciones a Garay. Como que realizaba operaciones de tipo piramidal en su otra sociedad, Think & Co –lo que comprobó, según dijo, al observar un contrato en que ofrecía rentabilidades de 18% anual. Además, sostuvo que Garay le comentó, bebido en Hong Kong, que no poseía el doctorado de economía y negocios en la Universidad de Lleida.
Declaración de Garay
En el marco de la misma investigación, el propio Rafael Garay declaró de forma voluntaria las consultas de la fiscal adjunto de Concepción, Marcela Barahona, en dependencias de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos Metropolitana el 20 de abril de 2016.
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El ingeniero comercial dijo en la declaración que conoció a Esteban Aedo, principal responsable según los querellantes, a través de Andrea Catalán, ex directora de Innova Biobío. Garay reconoció que en un primer momento le pareció atractivo el proyecto Bourse Up e ingresó con la responsabilidad de hacer “el análisis económico del entorno y adicionalmente ayudar a la difusión de la empresa, mediante charlas”.
De acuerdo a Garay realizó en menos de un año, “aproximadamente 30 charlas de difusión de nuestro proyecto hasta noviembre del año 2014, tanto en las ciudades de Santiago como en Concepción a potenciales inversionistas”. Asimismo, reconoció que “aportó” su imagen para promocionar la empresa “en algunos videos en Youtube que debieron ser sacados de circulación con fecha 15 de abril de 2015”.
El profesional declaró a la fiscal Barahona que en diciembre de 2014 se desvinculó “totalmente de esta empresa, aun cuando me dilataron mi salida formal, ya que las escrituras de venta de mi participación se concretó recién el 15 de abril de 2015”.
Del mismo modo declaró que la cifra de venta de su participación se acordó finalmente en la suma total de $30 millones, “pero de esto solo se me ha cancelado la suma de $15 millones”. Sin embargo, más adelante reconoció que esta cifra es insuficiente considerando que realizó gastos en hospedaje, pasajes aéreos a Concepción y Hong Kong, lugar al que viajó para constituir la empresa en el extranjero.
“Si tomamos el dinero tiempo y dinero invertido, versus los $15 millones que me han cancelado, tengo una pérdida superior a los $9 millones, sin contar el perjuicio de uso de imagen”, agregó.
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Por último, Garay señaló a la fiscal que “como economista debo señalar que este sistema que supuestamente ofreció Esteban Aedo no tenía ninguna intención de devolver el dinero”. De hecho, aseguró que “es insostenible que una empresa o institución pueda responder a tasas mensuales fijas, como las que se me señala se habrían ofrecido”.
En paralelo a la situación que enfrentaba Rafael Garay en Concepción, mantenía en Santiago su empresa Think & Co, con la que prestaba asesorías de inversión.
Entre los clientes de esta compañía se encontrarían varios rostros de televisión que tienen fondos que no han sido reintegrados luego de la desaparición del ingeniero comercial. De hecho, este viernes el periodista Iván Núñez presentó una denuncia por estafa ante el fiscal José Morales que lleva el caso.
“Presento la denuncia, primero, por el paradero desconocido, y el incumplimiento y vencimiento de los plazos establecidos por el contrato y la nula respuesta de la empresa o del representante de la empresa", aclaró el conductor de noticias y amigo de Garay.