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El populismo y la guerra informática 2.0

El populismo y la guerra informática 2.0
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Los regímenes autoritarios y populistas de todo tipo saben que el lenguaje crea la realidad. En 2017, Alemania estará al borde de un cambio radical en la forma en que funciona el espacio público, opina Ute Schaeffer.

¿Qué tienen en común los atacantes de Wurzburgo, los populistas derechistas de Bautzen y los seguidores del llamado "Movimiento de la Identidad" de derechas? A primera vista, no mucho. Pero si se mira más de cerca, todos ellos obtienen su información de internet, se conectan a la red, se apoyan entre sí y se radicalizan entre ellos.

El espacio público en Alemania está experimentando cambios fundamentales. Cualquier cosa que comience en internet como un tuit o post puede terminar en verdadera violencia, tener un efecto inmediato en la unidad social en Alemania y hasta afectar los resultados electorales. Ya hubo muchos ejemplos de esto en 2016, como las actividades deliberadamente agresivas en las celebraciones del Día de la Unidad Alemana el 3 de octubre en Dresde y el incendio provocado en una mezquita en la misma ciudad apenas una semana antes de la fiesta nacional.

La Policía debe ahora proteger a los parlamentarios alemanes que critican a Turquía. Crímenes con motivación política están en aumento, y cifras muestran que hay cinco veces más ataques contra hogares de refugiados que en el pasado.

Más y más opiniones se forman en la web

La campaña electoral rumbo a las elecciones parlamentarias alemanas de 2017 demostrará que estamos ante un cambio fundamental en la forma en que las cosas suceden en el ámbito público en Alemania. ¿Cuándo la gente leyó por última vez una editorial de periódico de la que todos hablen? ¿Qué pasará con los debates fundamentales que orientan e influyen en los resultados de las elecciones? ¿Tendrán éstos aún lugar en las oficinas de los partidos políticos locales o en el parlamento? O, ¿se transferirá el debate político a internet donde la mayoría de los comentarios –groseros e inhumanos, y sin una base de hechos y datos reales– contribuirán a una guerra de opiniones puramente subjetivas?

Estaríamos gravemente equivocados si realmente creemos que estas son solo opiniones al azar de una minoría supuestamente olvidada por la sociedad. Diferentes movimientos políticos, como el movimiento de protesta xenófobo Pegida, los extremistas de derecha, el derechista "Movimiento de la Identidad", la agencia rusa Sputnik y diferentes ramas del partido populista derechista Alternativa para Alemania (AfD), colaboran estrechamente en la red. Se ayudan mutuamente, más allá de las fronteras nacionales. Y están ganando influencia de forma lenta pero apreciable en diferentes canales de comunicación. Internet crea historias basadas en posiciones políticas, encapsulando motivos y terminología.

Las campañas en internet crean héroes. Un gran ganador político como Trump es tan solo un ejemplo más. Por otro lado, muchos grupos pasan tiempo elogiando los crímenes devastadores de atacantes yihadistas como "hechos heroicos". Ellos dan a millones de seguidores y miembros del grupo, que comparten tales historias, la certeza de que encontrarán personas con ideas afines para conectarse y que alguien finalmente los escuchará. Estos espacios hacen que la gente se sienta bien al ser un portavoz en las comunidades en línea, un creador de agendas en grupos de Facebook o en Twitter, así como en las secciones de comentarios de los usuarios en los principales sitios de noticias.

La política y los medios deben enfatizar los valores

La agenda de los extremistas de derecha y de activistas populistas de derecha abarca temas básicos que afectan a todos: la censura, la libertad de expresión, el funcionamiento de los procesos democráticos y el debate sobre la equidad en Alemania. En muchos casos se cuestiona la credibilidad y capacidad de actuar de nuestros procesos democráticos y sus instituciones, así como sus valores de una sociedad abierta y tolerante.

En las campañas electorales de 2017, los partidos políticos y los medios de comunicación en Alemania tendrán que afrontar el desafío de debatir cuestiones controvertidas. Quien piense que puede bordear el tema acerca de los valores en las próximas campañas electorales está tomando la ruta equivocada.

Aprender de Trump significa aprender a ganar. Algo que el AfD no oculta en sus apariciones públicas. Incluso Donald Trump dijo que él mismo era un movimiento y no necesitaba un partido o medios de comunicación. Lo mismo ocurre con los líderes antidemocráticos como los presidentes Erdogan o Putin; hablan directamente al público y utilizan redes y su capacidad masiva de multiplicar el contenido para grandes multitudes de usuarios.

El lenguaje sencillo conduce al éxito

"Realmente debería estar permitido decir eso", exige el AfD de forma regular en sus declaraciones. El éxito del partido se basa en un lenguaje sencillo y un pequeño conjunto de mensajes claros. Sus gritos principales de batalla nacen en la web y luego se utilizan en los debates políticos. El AfD ha creado una lista de terminología familiar que refleja sus opiniones: "prensa mentirosa", "multitud de inmigrantes", "traidores nacionales", "islamización", "inversión étnica" y "club político swinger". La lista crecerá en 2017. El AfD utiliza con éxito el lenguaje para ganar popularidad.

¿Cómo se debe abordar todo esto? Los políticos y los medios de comunicación deben seguir siendo creíbles. Esto significa que los problemas o las emociones en internet no deben ser pasados por alto o minimizados. La razón por la cual los políticos y los medios existen debe ser aclarada y los asuntos que mueven a la gente, tratados. Los políticos deben demostrar que son responsables. Debe quedar claro que el apego a los hechos marcará la diferencia, a más tardar, después de las elecciones. La carrera se perderá si la gente evita los debates difíciles que son importantes para nuestro futuro social y político o si simplemente las preguntas difíciles son tratadas de manera superficial.

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