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Las cuentas pendientes de Gabriel Boric con Nicolás Maduro

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En julio, Boric había optado por no escalar el conflicto que estaba desplegando Tarek William Saab, jefe del Ministerio Público y hombre fuerte de Maduro, quien acusaba con insistencia que existían agentes chilenos detrás del crimen del ex teniente Ronald Ojeda. “Se trataba de dosificar los choques con Venezuela a la espera de las elecciones presidenciales”, señala una alta fuente de gobierno. Mucho antes, el Mandatario se había convencido de que era inviable avanzar en negociaciones migratorias con Caracas y revitalizar las relaciones con Maduro, lo que incluyó la designación de Jaime Gazmuri como embajador y una tibia declaración cuando el régimen bajó de la carrera presidencial a María Corina Machado. Este jueves, tres días antes de los comicios, Boric sugirió que si Maduro no acata un resultado desfavorable Chile hará ver su condena ante organismos internacionales.

Qué observar. Este jueves, tres días antes de las elecciones en Venezuela, el Presidente Boric entregó una clara señal sobre el derrotero que tiene delineado en caso de que Maduro no reconozca un resultado desfavorable frente al candidato opositor Edmundo González. “Nosotros por lo menos haríamos ver nuestra condena a aquello en los espacios multilaterales, de los cuales somos parte, como la OEA, Asamblea de Naciones Unidas”, afirmó.

  • “Este es un acontecimiento decisivo para que este país logre superar la severa crisis económica, política y social que ha vivido en los últimos años”, dijo en otro momento Boric, quien pidió elecciones transparentes, con respeto a los Derechos Humanos y apego irrestricto a resultados debidamente acreditados.
  • “Si no fuera así Venezuela quedaría en una posición totalmente desacreditada ante toda la comunidad internacional y cualquier tipo de solución a la crisis que se ha vivido en los últimos años quedaría absolutamente dificultada”, añadió.
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Cuentas pendientes. La advertencia de Boric -que irá rumbo a Emiratos Árabes durante la tarde y noche de este domingo, en pleno conteo de votos- no sorprendió a quienes lo conocen de cerca. No solo porque, desde su candidatura presidencial, ha sido un crítico a la situación de derechos humanos en Venezuela, lo que llevó el año pasado a rechazar el intento de Lula de otorgar cartas democráticas a Maduro durante una reunión de 11 mandatarios sudamericanos en Brasilia.

  • En julio, el Presidente había optado por no escalar el conflicto que estaba desplegando Tarek William Saab, jefe del Ministerio Público y hombre fuerte de Maduro, quien acusaba con insistencia que existían agentes chilenos detrás del crimen del ex teniente Ronald Ojeda, ocurrido en febrero.
  • El régimen apostaba por desacreditar el caso Ojeda y notificar el rumbo agresivo que tomaría, pero La Moneda optó solo por enviar una nota de protesta, pese a los distintos escenarios que se manejaron internamente.
  • “Se trataba de dosificar los choques con Venezuela a la espera de las elecciones presidenciales”, señala una alta fuente de gobierno.
  • En La Moneda a esa altura tenían claridad de que Boric arremetería con fuerza en caso de existir irregularidades en los comicios.
  • Demás está decir que el costo que se pagaría con el PC ya se daba por hundido.

Una negociación inviable. Mucho antes, el 9 de abril, Boric -de acuerdo con sus cercanos- se convenció de que era inviable avanzar en negociaciones migratorias con Caracas y revitalizar las relaciones con Maduro. Ese día, dos meses después del crimen de Ojeda, el canciller Yvan Gil dijo que “El Tren de Aragua es una ficción”, aunque para entonces ya estaba claro que la banda de crimen organizado había participado en el secuestro y el homicidio del teniente.

  • Boric había hecho gestos para avanzar en una dirección contraria.
  • En 2023 designó al ex senador Jaime Gazmuri como embajador en Venezuela, bajo la idea de que la normalización de las relaciones diplomáticas con el régimen eran necesarias para descomprimir la crisis migratoria en Chile (desde 2018 que Santiago no contaba con un represente diplomático en Caracas).
  • El nombre de Gazmuri podía leerse bien en algunas esferas del chavismo. Como político de extensa trayectoria y amplias redes en el socialismo latinoamericano, Boric estaba enviando una carta de buenas intenciones a Maduro para reencauzar el accidentado diálogo bilateral. El gobierno, sin embargo, entregó más señales a Caracas.
  • En enero de 2024, en plenas conversaciones para agilizar los procesos de expulsiones administrativas y judiciales de ciudadanos venezolanos, la Cancillería chilena emitió una tibia declaración luego de que el régimen de Maduro -a través del Tribunal Supremo de Justicia- inhabilitara a la líder opositora María Corina Machado para las elecciones presidenciales.
  • La cancillería emitió una declaración pública donde no nombró ni a Maduro ni a Machado. “El Gobierno de Chile expresa su preocupación por la situación que afecta a líderes políticos de la oposición venezolana que podrían verse impedidos de participar en las próximas elecciones presidenciales de ese país”, decía el texto, lo que generó críticas desde la oposición.

Las señales de Caracas. Para entonces en el oficialismo señalaban que el régimen de Maduro esperaba que las negociaciones con Chile se desarrollaran en un ámbito de reciprocidad y que aquello, en clave política, equivalía a no tensionar las relaciones con su régimen.

  • El subsecretario Manuel Monsalve había logrado ir a Venezuela recién a mediados de enero —el viaje estaba programado para diciembre— para firmar un acuerdo de colaboración entre ambos países en materia migratoria, que incluía intercambiar información sobre sujetos de interés para el combate del crimen organizado.
  • El viaje del subsecretario a Caracas se había anunciado a fines de 2023 y estuvo precedido por el fallido vuelo charter que debía partir a Venezuela con 60 migrante.
  • Aquello abrió las primeras dudas sobre la voluntad del régimen de colaborar con Chile.
  • El acuerdo, en los hechos, nunca fructificó y la relación bilateral quedó en punto muerto después del secuestro y crimen del teniente Ojeda.

¿Cuán confiable era Maduro? El régimen de Maduro, lejos de contener la salida de sus ciudadanos, en pocas ocasiones se refiere a los millones de habitantes que han abandonado el país en la última década. La situación no solo aligera la carga del Estado, golpeado por una profunda crisis, sino que le permite esquivar a un mayor número de población opositora o descontenta. Se trata de un efecto espejo de la estrategia que en un minuto desplegó Fidel Castro, quien alentó flujos migratorios hacia EE.UU. Hoy, la mayor cantidad de extranjeros en Chile son venezolanos.

  • De ahí que para diplomáticos que conocen de cerca el régimen, como el ex embajador Pedro Felipe Ramírez, habían advertido: “De Maduro se puede esperar cualquier cosa”. Otros opinaban derechamente que nunca se debió confiar en él.
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