El caso de Hakeem al Araibi "se ha convertido en una situación de emergencia".
El futbolista de 25 años, que obtuvo asilo como refugiado en Australia tras huir de su país en 2014, se encuentra detenido en Tailandia y corre el riesgo de ser extraditado de vuelta a Bahréin, donde es acusado de terrorismo.
Al Araibi fue condenado en ausencia en su país a 10 años de prisión por destrozar una estación de policía.
Desde Australia se lanzó una campaña en su defensa y el mundo del fútbol clama por su libertad.
El excapitán de la selección australiana, Craig Foster, líder del movimiento #SaveHakeem, advirtió que la presión de Bahréin está haciendo que la "situación escale" hasta el punto que está siendo insostenible.
Foster se reunió el lunes con funcionarios de la FIFA y desde el organismo rector del fútbol solicitan una solución favorable al futbolista.
La secretaria general, Fatma Samoura, "instó firmemente" a las autoridades en Tailandia y Bahréin a "hacer lo correcto" y asegurar que Al Araibi pueda regresar sin ningún problema a Australia "con la máxima urgencia".
El reino árabe anunció que ya está avanzando con el proceso de extradición.
En un comunicado, el ministro del Interior, el jeque Rashid bin Abdullah al Khalifa, también insistió que "es inaceptable la interferencia externa en los asuntos internos de Bahréin".
Movilización
La difícil situación de Al Araibi ha movilizado a los principales organismos deportivos del planeta que recientemente han reforzado su compromiso con los derechos humanos.
Además de la FIFA, el Comité Olímpico Internacional también ha expresado su apoyo al jugador.
Tanto Foster como el sindicato de futbolistas profesionales, FIFPro, han sugerido que la FIFA debería amenazar con sanciones deportivas a Bahréin y Tailandia.
"Todos acordamos que se ha convertido en una situación de emergencia que requiere más implicación de todas las partes interesadas", expresó Foster tras su reunión con la FIFA.
"También acordamos con Fatma y la FIFA que elevarán el tema al más alto nivel en ambos países".
"La política de derechos humanos de la FIFA es una herramienta increíblemente importante en esta situación y estamos encantados de que haya demostrado otra vez su compromiso por asegurar que cualquier miembro de la familia del fútbol aplicará la máxima influencia".
"En los próximos cinco días esperamos un progreso total y que eso signifique la libertad de Hakeem al Araibi", instó.
Oposición
Al Araibi huyó en 2014 de Bahréin donde fue condenado en ausencia a 10 años de prisión por destrozar una estación de policía.
Él niega los cargos en su contra y activistas del Instituto por los Derechos y la Democracia en Bahréin (BIRD, por sus siglas en inglés) advierten que corre un gran riesgo de ser torturado si es deportado de regreso a su país.
El futbolista, quien juega para el Pascoe Vale, club semiprofesional en Melbourne, se encontraba de luna de miel en Tailandia cuando fue detenido en el aeropuerto el pasado 27 de noviembre.
En el pasado ha sido crítico contra las autoridades de Bahréin y la organización defensora de los derechos humanos, Human Rights Watch, apuntó que también está siendo objeto de persecución debido al activismo político de su hermano.
El año pasado contó que ya fue torturado después de las protestas de la Primavera Árabe en 2012 y que teme que incluso lo pueden matar si es extraditado de regreso a su país.
"Si soy deportado a Bahréin no me olviden, y si una vez allí me escuchan decir cosas, no me crean", escribió en su cuenta de Facebook en diciembre pasado.
"Sé lo que me va a pasar y sé que seré torturado para confesar cosas que nunca he hecho".