Su lengua mordaz no dejó a ningún entrevistado impávido. La italiana Oriana Fallaci fue una de las periodistas más importantes del siglo XX que con su particular estilo logró entrevistas emblemáticas a varios de los líderes y personalidades de su época.
Aunque el periodismo no fue su primera opción (entró primero a medicina), Oriana entró a trabajar en Il Mattino, para luego instalarse en 1951 en Milán y escribir en L’Europeo. Sus primeras incursiones en el periodismo la llevaron a cubrir Hollywood de un modo poco convencional, irrespetuoso dirían algunos, (a Elvis lo calificó como “un idiota que solo se movía si iba precedido de una multitud de jóvenes”), lo que terminó por consagrar su firma como sinónimo de ventas de diarios.
El éxito en Estados Unidos la convirtió en la primera corresponsal de guerra italiana, debutando en Vietnam, y luego cubriendo conflictos en India y Pakistán, América del Sur y Medio Oriente.
El método Fallaci, hoy estudiado en las universidades, se caracterizaba por hacer del mal genio una virtud y de la pregunta impertinente un género. En 1979 Oriana entrevistó al Ayatolá Jomeini, cubierta con un velo por respeto, pero el entrevistado comenzó a exasperarse por las preguntas sobre la condición femenina de Irán, por lo que Oriana se descubrió las cabeza y el Ayatola se fue iracundo de la habitación, pues en su presencia ninguna mujer estaba destapada.
Fallaci entrevistó a líderes de estado como Henry Kissinger, Golda Meir, Yasir Arafat, Muamar Gadafi entre otros muchos. Además fue una prolífica autora de libros, vendiendo más de 20 millones de copias en todo el mundo. Su primer best seller, Carta a un niño que no llegó a nacer (1975) fue sobre su propia experiencia del embarazo y posterior aborto.
Su artículo más polémico, hecho tras el atentado de las Torres Gemelas en 2001, llamado La rabia y el orgullo, fue el inicio de una trilogía donde denunciaba el fanatismo islámico comparándolo con el nazismo y calificando a Europa de Eurabia. Hasta ese momento nadie había hablado de forma tan contundente y reprobatoria sobre el islam.
Oriana o “la Fallaci” continúa siendo un referente indiscutible del periodismo por un estilo que siempre tuvo una postura crítica al poder.