Es una de las cineastas más importantes de Argentina y de Hispanoamérica. A sus 51 años ha estrenado tres películas que han marcado su huella en el cine. Lucrecia trabaja lento pero seguro, y ahora está ad portas de estrenar Zama, una gran producción histórica basada en el libro homónimo del autor mendocino Antonio Di Benedetto y que le ha tomado unos siete años desde que leyó la novela y sintió que había entendido algo nuevo de la vida.

Nació en Salta, Argentina, y estudió en Buenos Aires en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica.  Luego dirigió varios cortometrajes como El 56 (1988), Besos Rojos (1991) y Rey Muerto (1995).También realizó la serie de televisión D.N.I y el programa infantil Magazine For Fai.

El 2001 Lucrecia estrenó su primer largometraje, La Ciénaga, que se convirtió en un ícono del “nuevo cine argentino”. La ópera prima ganó premios en el Festival Internacional de Cine de Berlín, de La Habana y de Toulouse.  En 2004 estrenó La Niña Santa, con la que participó por primera vez en Cannes y en 2008 La Mujer Sin Cabeza, que también estuvo nominada al mismo festival. Las tres películas de Martel tienen la particularidad de transcurrir en su ciudad de origen, donde además la cineasta ha vuelto a vivir, en un acto considerado casi como excéntrico para el mundo del espectáculo trasandino. Sus cintas hablan de la Argentina rural, pobre e injusta, y se han convertido en cintas de culto. En 2011 obtuvo el Premio Konex como una de las cinco mejores cineastas de la década en Argentina.

Ahora, tras un largo proceso, Martel va a exhibir Zama en la Selección Oficial de Venecia, aunque fuera de la competencia. Esta cuarta película está ambientada en la colonia y cuenta la historia de un funcionario que vive esperando un nombramiento que lo lleve a un destino más próspero. La cinta cuenta con la producción de El Deseo, la realizadora de Pedro y Agustín Almodóvar, y está protagonizada por el mexicano Daniel Giménez Cacho y la española Lola Dueñas.

Han pasado casi diez años desde su última película pero Martel le baja el perfil a la expectación: “Tampoco creo que sea mi regreso, porque nunca me fui. Todo este tiempo estuve haciendo lo que hago siempre, tratando de entender el mundo, nuestra azarosa, minúscula y poderosa existencia, tratando de querer y que me quieran”.

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