Luciana Ayrmar comenzó a practicar hockey sobre césped en su natal Rosario, a los siete años, en el Club Atlético Fisherton, una de cuyas canchas hoy lleva su nombre. Debutó en la selección argentina en 1998, en la Copa del Mundo, ocasión en que su equipo obtuvo el cuarto lugar.
A finales de los noventa y durante los 2000, el hockey argentino pasó por una época de oro gracias a «Las Leonas», como se apoda a la selección albiceleste. Con Luciana como capitana, disputaron 376 partidos internacionales y ganaron veintidós medallas, entre las que destacan el triunfo en los Mundiales de Australia 2002 y Argentina 2010, el bronce en Atenas 2004 y Beijing 2008, y la plata en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 y Londres 2012. Luciana se convirtió en la primera deportista argentina femenina en ganar cuatro medallas olímpicas.
Como volante, vistiendo el 8 del equipo, Aymar marcó 162 goles en su trayectoria deportiva. Además de su excepcional juego, su desplante y carisma inspiraron a toda una nueva generación femenina que se encantó con el hockey en césped: entre 2000 y 2014 el número de mujeres mayores de doce años afiliadas a un club de hockey aumentó de 40.000 a 123.000, según la Confederación Argentina de ese deporte.
Condecorada como Leyenda en 2008 por la Federación Internacional de Hockey, Luciana se retiró a los treinta y siete años, tras obtener el primer lugar del Champions Trophy en 2014, el tercer torneo internacional más importante de esta disciplina, en el cual «Las Leonas» ganaron seis medallas de oro, tres de plata y una de bronce.
Luciana se radicó en Santiago de Chile, donde sigue impartiendo su conocimiento del deporte en clínicas de hockey y en charlas, con las cuales insta a las nuevas generaciones a entusiasmarse con el deporte que le dio la gloria y un lugar en la historia deportiva mundial.