AFP
Choi Eun-hee fue la gran estrella del cine surcoreano durante décadas antes de ser secuestrada por espías norcoreanos en Hong Kong en 1978, a petición de Kim Jong Il, gran cinéfilo.
Según los medios, la actriz había viajado a la excolonia británica devuelta desde entonces a China para reunirse con un posible inversor para su escuela de arte. Pero su guía la atrajo hasta un barco desde donde fue transferida a un carguero con destino a Corea del Norte.
Poco después, su esposo, el célebre director de cine Shin Sang-ok, también fue llevado a Corea del Norte en circunstancias todavía misteriosas.
La pareja permaneció retenida en el Norte durante ocho años, rodando juntos una decena de películas por orden de Kim Jong Il. A pesar de todo, viajaban a menudo al extranjero para rodajes y para asistir a festivales de cine, siempre bajo la estrecha vigilancia de agentes norcoreanos.
Choi fue incluso galardonada como mejor actriz en el Festival Internacional de Cine de Moscú en 1985 por su papel en "Salt", un filme sobre los coreanos que combatían contra el colonizador japonés entre 1910 y 1945.
El matrimonio, que se divorció en 1976, volvió a casarse durante un viaje a Hungría a petición de Kim.
Pero después de haber participado en la Berlinale en 1986, ambos protagonizaron una evasión espectacular a través de la embajada de Estados Unidos en Viena. Permanecieron en Estados Unidos durante más de 10 años, antes de regresar a Corea del Sur en 1999.