El caso de un hombre de 53 año de edad acusado de haber tomado fotos por debajo de la falda de más de 550 mujeres en Madrid ha sido noticia en toda Europa. Sin embargo, el upskirting no es ilegal en muchos países europeos, incluida Alemania. Dos mujeres de la sureña ciudad alemana de Ludwigsburg, Ida Marie Sassenberg, de 25 años, y Hanna Seidel, de 28, han decidido luchar por su penalización. La propia Seidel fue víctima de esta forma de acoso.

"Lo más repugnante de la práctica del upskirting es que es posible que ni siquiera te des cuenta de que ha sucedido", comenta Deidel a DW. "Podrías estar parada en una escalera mecánica en un supermercado, en el metro, o en un concierto. Y no sabes qué pasará con las fotografías, si serán subidas a un sitio pornográfico, a un foro de Internet, o si alguien se masturbará mirándolas".

Seidel tenía solo 13 años cuando un profesor de escuela le hizo upskirting en una excursión a una reserva natural. La segunda vez fue en un concierto, cuando tenía 16 años. El hombre tomó una foto por debajo de su falda y luego escapó entre la multitud.

En ese entonces, igual que hoy, fue difícil defenderse. Buscar justicia requiere reaccionar al instante, tomando el teléfono de la mano del agresor y llamando a al policía. Es una tarea difícil, especialmente para una adolescente.

En algunos países, como Australia, nueva Zelanda y Escocia, las víctimas del upskirting están protegidas por la ley. Ese tipo de abuso también se penalizó a principios de este año en Inglaterra y Gales, debido, en gran parte, a una petición online. El castigo puede llevar a una sentencia de dos años de prisión.

Cuando Sassenberg y Seidel se enteraron de las iniciativas en otros países, crearon una petición online similar en Alemania. El número actual de firmas se sitúa en torno a las 89.000. "Necesitamos un amplio apoyo del público si queremos cambiar la situación", afirman las dos mujeres.

Un hueco en la legislación alemana

La petición ya sirvió para desencadenar un debate más amplio en la sociedad alemana y ha atraído apoyo desde el mundo jurídico. Según el abogado Christian Solmecke, el párrafo 184i del Código Penal alemán, que se centra en el acoso sexual, es relativamente nuevo. Se introdujo después de la violencia de Nochevieja de 2016 en Colonia, cuando se registraron cientos de denuncias por acoso sexual en una noche.

Pero esa parte particular del Código Penal solo entra en vigor cuando hay un contacto directo con una parte intima del cuerpo de una persona. Esto no sucede durante la practica del upskirting, por lo que los perpetradores sólo son responsables de violar una regla general de conducta, y son multados.

Hay otra ley del 2014, en la que se determinó que las personas que fotografiaban o distribuían imágenes que mostraban partes íntimas del cuerpo podrían ser denunciadas, pero solo si las imágenes fueron tomadas en espacios privados, como un cuarto de baño. Sin embargo, esa ley no podía ser aplicada a fotografías tomadas en espacios públicos.

¿Usar pantalones en vez de faldas cortas?

En una entrevista en un programa de televisión alemán, el abogado destacó el caso de un alcalde de una pequeña ciudad bávara que tomaba fotos por debajo de las faldas de las mujeres mientras subían por las escaleras mecánicas. Más de un centenar de estas imágenes fueron encontradas en su poder por la Policía. El entonces alcalde fue multado con 750 euros por "acosar al público".

Sassenberg y Seidel quieren asegurarse de que los delincuentes sean castigados más severamente. "Recibimos muchas cartas de mujeres que apoyan lo que estamos haciendo", dijo Sassenberg. "Algunas dicen que, al quejarse sobre un ataque upskirting, a muchas de ellas se les dice que usen pantalones o jeans en vez de faldas cortas."

A pesar de ese consejo que parecería ir en contra de la libertad de expresión en la vestimenta, las dos mujeres no piensan dejar de luchar por conseguir apoyo en su objetivo. ¿Cuántas firmas esperan Seidel y Sassenberg para poder presionar al Ministerio de Justicia alemán para que cambie el Código Penal? "No hay un punto específico en el que los políticos y los funcionarios empiezan a prestar atención", dicen las mujeres. Pero 100.000 firmas serían suficientes para ayudarnos a empezar a tocar a las puertas de aquellos que podrían defender a las víctimas del upskirting. Vamos a seguir luchando hasta que ganemos", aseguran.

Publicidad