Las consecuencias que dejó el desastre de la planta nuclear de Fukushima en Japón en marzo de 2011 aún podrían estar manifestándose. 

En las últimas semanas en la ciudad de Nasushiobara, a sólo 110 kilómetros de la planta nuclear, se han avistado varias plantas mutantes. Así registró un tuitero japonés, al publicar en su cuenta una serie de fotografías de margaritas deformes o gigantes. 

Esas fotos podrían sugerir que la deformación de las flores podría estar ligada a la radiación que se filtra por las tres centrales nucleares que explotaron luego de verse gravemente afectadas por el mortal tsunami que azotó a la isla en 2011.

Pero estas flores no son la única prueba de que la naturaleza se ha visto afectada por la radicación. De hecho, el año pasado Journal of Heredity advirtió sobre el daño genético, mutaciones y la baja de población que la radiación está teniendo sobre los organismos no humanos. 

"Un gran número de resultados empíricos de estudios en aves, monos, mariposas y otros insectos sugieren que algunas especies se han visto significativamente impactadas por la liberación radiactiva del desastre de Fukushima", escrivbe Timothy Mousseau de la Universidad de Carolina del Sur en Estados Unidos, que liera uno de los estudios.

Pese a esto, aún no se tiene certeza absoluta sobre la real causa de las mutaciones. Algunos estudios apuntan a que estas deformaciones podrían tener causas naturalez y no tener nada que ver con la explisión de la planta nuclear. De hecho, un estudio que publicó el Journal of Experimental Botany en 2009 llegó a la conclusión de que es extremadamente probable la influencia de la radiación en plantas silvestres. 

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