Adelir Antônio de Carli fue un sacerdote brasileño que tenía un sueño: recaudar dinero para poder crear un área de descanso espiritual para camioneros en la ciudad de Paraná.

El religioso, que era muy popular en el estado de Rio Grande do Sul, decidió intentar una gran aventura para conseguir los fondos necesarios para cumplir ese sueño. ¿Qué era? Romper el Récord Guinness de vuelo en globos de helio y así obtener el récord mundial.

Sin embargo, todo salió muy mal. 

De Carli inició la travesía el 20 de abril de 2008 cuanto ató su cuerpo a una silla amarrada a mil globos y se lanzó al cielo. Ya había hecho una pequeña prueba con éxito tres meses antes al viajar con 600 globos entre la ciudad brasileña de Ampere y la ciudad argentina de Misiones, unos 110 kilómetros. En esta travesía, pretendía ir desde Paranaguá hasta Dourados, un viaje de 20 horas y más de 900 kilómetros.

Sus feligreses vieron cómo de Carli inició vuelo y se perdió por los aires. Todo iba bien hasta que a las ocho horas de viaje el religioso hizo por teléfono un llamado de ayuda de que había perdido su ubicación. De ahí no se supo más de él.

Viaje en globos de helio: El fatal destino de Adelir Antônio de Carli

Recién tres meses después hubo novedades. La Policía del Estado de Rio de Janeiro encontró restos mortales encontrados en pleno mar.

La información fue divulgada a la prensa por la Policía de Macaé, en el norte del estado, que sostuvo que peritos forenses confirmaron que los restos encontrados en el mar a pocos kilómetros de la costa pertenecían al cura Adelir de Carli.

Las búsquedas del religioso habían culminado el 11 de mayo en el estado de Santa Catarina, casi un mes después de su desaparición, cuando las autoridades consideraron que no había chances de encontrar al cura luego que decenas de bomberos, militares y voluntarios se movilizaran sin éxito durante tres semanas por aire, mar y tierra.

En particular, solo se encontró la mitad inferior de su cuerpo y se debió hacer un análisis con ADN para confirmar la identidad. Si bien nunca se dio a conocer la causa exacta de muerte, se especula con que el clérigo debió haber caído de altura y por alguna razón no pudo abrir su paracaídas.

De Carli (41) pretendía volar durante 20 horas del sur al oeste desde el vecino estado de Paraná y marcar un récord para el libro Guinness, además de promover una campaña para construir una casa de oraciones para camioneros.

El cura despegó el 20 de abril del puerto de Paranaguá elevado por casi 1.000 globos de fiesta inflados con helio, pero debido al mal tiempo los vientos le desviaron y lo llevaron mar adentro, en dirección contraria.

El sacerdote comandaba la Parroquia de Sao Cristóvao, en Paranaguá, y había creado la Pastoral Carretera, que apoyaba a camioneros que transitan por una ruta de la región.

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