Al momento de darse a conocer la noticia de la muerte del cantante británico David Bowie -la madrugada de este lunes-, para gran parte del mundo esto fue una sorpresa, excepto para su familia y más cercanos, en donde destacan algunos colaboradores de su trabajo, quienes conocían del estado de salud del músico. Esto ha sido compartido en una nota del reconocido medio estadounidense The New York Times.

Ivo van Hove, director del musical "Lazarus" (se estrenó el pasado 7 de diciembre), dio a conocer a una radio holandesa que Bowie padecía de cáncer de hígado y que éste le comentó que estaba enfermo en noviembre de 2014, a través de Skype, cuando el espectáculo estaba en sus primeras etapas. En ese momento le solicitó mantener la información en estricta confidencialidad.

"Estaba claro que era muy grave", dijo Van Hove, destacando que el cantante mantuvo su palabra y no le dijo ni siquiera a los actores del montaje acerca de su condición de salud. Eso sí, contó que él siempre estuvo disponible para trabajar, sea la forma que sea.

Esto es ratificado por Robert Fox, productor británico que ayudó a financiar el espectáculo y quien sabía de la enfermedad de Bowie: "si él no estaba en la oficina, estaba en el teléfono, en Skype, en FaceTime o donde sea para estar involucrado".

El director del musical, Ivo van Hove, también puso énfasis en que los últimos trabajos de David evidenciaban lo que éste estaba viviendo y que son "como dos testamentos". El artista inglés lanzó antes de morir la producción musical "Lazarus" y el disco "Blackstar", del que se desprendieron los singles y videos de "Blackstar" y "Lazarus".

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Por su parte, Donny McCaslin Quartet, con quien trabajó en "Blackstar", destacó que el cantante trabajaba de 11 de la mañana a 4 de la tarde todos los días a principios de 2015, cuando su enfermedad ya avanzaba fuertemente, añadiendo que el músico "estaba viviendo la vida al máximo, participando plenamente en el momento y plenamente dedicado a su arte".

Tim Lefebvre, quien tocó el bajo en "Blackstar", manifestó, en tanto, que "no sé dónde encontró la fuerza. Es asombroso", haciendo énfasis en que Bowie nunca trabajó como si estuviera enfermo.

Tony Visconti, uno de los colaboradores más constantes de David desde "Space Oddity", en 1969, dijo que el cantante "siempre hizo todo a su manera y su manera era la manera menos obvia", a lo que añadió que "su muerte no fue diferente de su vida, una obra de arte".

En ese sentido, contó en un comunicado vía Facebook que "yo sabía desde hace un año que ésta sería la manera, sin embargo yo no estaba preparado para ello".

Finalmente, Brian Eno, otro colaborador frecuente a través de décadas del músico, expresó en un comunicado que "la muerte de David fue una sorpresa completa, al igual que casi todo lo demás a su alrededor".

Este describió una amistad que en los últimos años era principalmente a través de correspondencia online: "He recibido un correo electrónico de él hace siete días", señaló Eno, y prosiguió, "fue tan divertido como siempre, y tan surrealista, de enlace a través de juegos y alusiones de palabras y todo lo habitual que hacíamos. Terminó con esta frase: ´Gracias a nuestros buenos momentos, Brian. nunca se pudrirán´. Ahora me doy cuenta que estaba diciendo adiós". 

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