Para Veronique Jacquet, todo comenzó hace unos días cuando sonó el teléfono de su pequeño restaurante.

La dueña de Le Bouche a Oreille, ubicado en la ciudad de Bourges, en el centro de Francia, levantó el auricular.

"Llamaban de una estación de radio local. El reportero nos dijo que habíamos ganado una estrella Michelin. Obviamente estaba en shock, totalmente en shock", le cuenta Jacquet a la BBC.

"Le respondí: 'Es imposible, imposible'", dice entre risas.

"Es imposible que alguien como yo, la dueña de un humilde restaurante como el mío, haya ganado una estrella Michelin".

Y es que Jacquet describe su establecimiento como un lugar para la clase trabajadora de la zona.

Pero esa llamada no sería la última. Más periodistas y medios de comunicación la empezaron a contactar. El teléfono no paraba.

"Esto no me puede estar pasando a mípensaba".

Curiosamente, la llamaron de una brasserie en la región francesa de Essonne, en la ciudad de Boutervilliers, en el norte del país.

El nombre de ese restaurante tenía la clave para entender lo que estaba pasando: Le Bouche a Oreille.

Y luego llegó la llamada de un miembro del equipo que otorga el reconocimiento gastronómico más importante del mundo.

Un error técnico

Todo había sido una confusión: el establecimiento de Boutervilliers había conquistado la estrella Michelin y no el local de Jacquet.

Y es que ambos restaurantes no sólo comparten el mismo nombre sino que están ubicados en una calle con el mismo nombre, pero en diferentes ciudades.

Por error, el establecimiento de Jacquet apareció en la lista 2017 de la guía Michelin.

La directora de la guía, Claire Dorland-Clauzel, le explicó la situación al periódico francés Le Parisien:

"Se trató de un problema técnico en un mapa. Les hemos ofrecido disculpas a ambos establecimientos y lamentamos haber confundido a nuestros clientes".

Menú de US$13

Jacquet cuenta que desde que se conoció el error, ha recibido nuevos clientes.

"Tuvimos una pareja belga que vino solo porque supo lo de la estrella. Gente de diferentes partes empezó a hacer reservas. Era una locura, yo creo que he sido la persona que más se ha reído de esto".

Le Bouche a Oreille es un pequeño restaurante, ubicado fuera del centro de la ciudad, que abre de lunes a viernes, "desde muy temprano en la mañana hasta la hora del almuerzo".

No trabajan ni en las noches ni durante los fines de semanas.

"Somos un lugar en el que se reúnen los trabajadores. De hecho, nuestros principales clientes son los trabajadores locales. Ofrecemos un bufet de la casa para empezar y después el plato del día, con vino, y un postre casero para terminar", señala

"Todo por 12,50 euros (US$13). Voilà".

Describe sus platos como de "la cocina tradicional de la región".

"Nada ha cambiado"

Y aunque Jacquet y su restaurante han aparecido en varios medios de comunicación tras la confusión, "nada ha cambiado".

"Al final del día, mis clientes son mis clientes".

¿Tienen ambiciones para ganar una estrella Michelin?, le preguntó la BBC.

"No, honestamente no. No contamos con toda la infraestructura que es necesaria para conquistar una estrella Michelin. Sinceramente no estamos buscando una", indica.

El honor se lo deja a los restaurantes que realmente merecen el reconocimiento, dice.

"Espero atraer más clientes, que más gente venga por pura curiosidad", dice.

"Tengo clientes que quieren mesas para tres y cuatro personas, y al mismo tiempo tengo mis clientes habituales. El problema es que no tenemos mucho espacio".

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