Horas antes de que se cumpla su condena de muerte, J.W. “Boy” Ledford Jr. pidió que su muerte fuese distinta: que un pelotón de fusilamiento se encargara de cumplir con su ejecución, antes de que se le aplicara la inyección letal, pues lo consideró un trato “más humano”.
Según informa NBCNews, el condenado fue sentenciado a la pena de muerte tras haber degollado a Harry Johnston, el médico quien ayudó a su madre para que él naciera. En su defensa, Ledford argumentó que tuvo una niñez muy dura y sufrió abusos.
En su solicitud a la Corte Ledford requería que un pelotón de fusilamiento fuera el encargado de cumplir con su ejecución. Uno de sus argumentos apuntaba a la droga que se utiliza en el estado de Georgia: el pentobarbital, que induce a la inconsciencia y luego a la muerte.
Sus abogados sostenían que debido a una droga que toma su defendido, el medicamento no tendría el efecto esperado. "Hay un riesgo sustentable al que Ledford teme y es que pudiera quedar en agonía luego de que el pentobarbital ataque su sistema respiratorio, destruya su cerebro, corazón y pulmones y que se ahogue en su propia saliva", sostienen.
La solicitud, sin embargo, fue rechazada.