Las cosas que soñamos de niño, como explorar el mundo subacuático de 20.000 leguas de viaje submarino de Julio Verne o tener los poderes de los superhéroes, son con frecuencia anhelos que nos acompañan toda la vida.
No es de extrañar, entonces, que nadie sea demasiado viejo para los juguetes.
La diferencia es que los juguetes para adultos, sobre todo para los ricos, suelen ser más grandes, más caros y que cuentan con una tecnología más avanzada.
Y la ventaja es que para jugar con ellos no hay que estar bajo la supervisión de mamá.
A continuación te mostramos algunos de los juguetes más extravagantes e inesperados para aquellos que no tienen problemas de bolsillo.
Viaje al fondo del mar
A muchos les fascinaba la idea de explorar los fondos marinos cuando eran niños. Y algunos de los que se lo pueden permitir terminan haciéndolo cuando ya son adultos.
Entre los famosos que poseen un submarino se encuentra el magnate británico Richard Branson, propietario de la aerolínea y las otras 359 empresas que conforman Virgin Group.
En su momento planeó llevar turistas a las Marianas, la más profunda fosa oceánica conocida y el lugar más profundo de la corteza terrestre, situada en el fondo del Océano Pacífico noroccidental.
Además tiene un Necker Nymph, un vehículo sumergible de cabina abierta, anclado en su isla privada.
Por su parte, el director de cine canadiense James Cameron donó su submarino Deepsea Challenger para la investigación científica.
Si quieres seguir el ejemplo de estos aficionados a los sumergibles y no tienes problemas económicos, puedes.
La empresa Triton Submarines, con base en Florida, Estados Unidos, se especializa en pequeños y lujosos submarinos. Funcionan con baterías y los suelen personalizar según los gustos de cada cliente.
El modelo más popular de la compañía es el Triton 3300/3, de acuerdo a Harley O’Neill, el gerente de ventas y marketing, y se utiliza con fin recreativo, para la exploración e investigación, así como para rodar películas.
Tiene cabida para tres personas y puede sumergirse a una profundidad de 1.006 metros (3.300 pies, de ahí el nombre).
"Solían ser los aviones y ahora son los submarinos", dice O’Neill. "Todo el mundo pregunta si tienes uno".
¿Y existen requisitos previos para poder adquirir uno de estos?
Sí, hay que tener un superyate para acoplarlo a él, señala O’Neill.
El precio del Triton 3300/3 más básico es de US$3,6 millones, e incluye el entrenamiento para cuatro pilotos.
Vuelo sobre las olas
Culpen a Peter Pan, pero muchos adultos hechos y derechos aún siguen soñando con volar. Aunque no en avión, sino como pájaros.
Quizá de niños bajaban al jardín, a simular el vuelo aleteando con los brazos, o saltaban desde la rama más baja de un árbol en un intento de despegar. Hay quien incluso se llenó de moretones o se rompió una extremidad en el intento.
Para algunos de estos, ya en edad adulta y sedientos de adrenalina, el vuelo libre sigue siendo una necesidad y la satisfacen haciendo paracaidismo o salto libre, por ejemplo.
Pero existen otras alternativas para volar que no incluyen un avión o un puente para saltar de él.
El Jetovator, un aparato diseñado por la empresa Hammacher Schlemmer, es una de estas alternativas.
Se trata de una especie de moto de agua de propulsión a chorro que permitevolar sobre las olas, elevando al usuario hasta 7,6 metros a una velocidad de 40 kilómetros por hora. Para ello se sirve de una manguera de 10 metros que succiona el agua de mar, lago o río.
Además, Jetovator también funciona bajo el agua y permite sumergirse hasta a tres metros.
Su precio, eso sí, no es para todos los bolsillos: US$7.000.
Como en el Gran Prix
No se trata de los coches de carrera en miniatura con los que jugaban la mayoría de los niños.
Las pistas de Slot Mods USA están hechas a la medida de cada cliente y algunas partes reproducen con precisión circuitos reales, como el de Le Mans o el del Gran Premio de Mónaco, explica David Beatti, el fundador y presidente de la compañía.
Suelen medir entre 3,7 y 9 metros de largo y entre 3 y 6 metros de ancho, y pueden incluir tribunas entre otras estructuras, así como marcas de neumáticos hechos con aerógrafo sobre el asfalto.
Dependiendo del tamaño, el alcance y los detalles de la pista, la empresa puede tardar entre tres y seis meses en construirla.
Entre los que se animaron a hacerse con uno de los productos de Slot Mods hay entusiastas del motor con garajes llenos de coches de lujo y modelos de coleccionista, pero también famosos del mundo de las carreras, como el piloto estadounidense Bobby Rahal.
Y ahora trabajan en un circuito a medida para el conocido presentador de la televisión estadounidense Jay Leno, informa Beattie.
Sea cual sea el perfil de cada cliente, lo que todos ellos tienen en común es un amor de muchos años por las carreras de autos.
"Cuando les entregamos la pista, todos parecen niños en la mañana de Navidad", explica Beattie. "Es como traerles de regreso su niñez".
Sin embargo, la vuelta a aquellos maravillosos años tiene un precio. Y es alto:US$50.000 el modelo básico. Aunque generalmente los productos de Slot Mods USA terminan costando entre US$125.000 y US$150.000, de acuerdo a su presidente. El precio incluye 12 coches, así como la instalación.
Golf sin cansarse
El carro de golf Hovercraft hace que ese deporte sea aún más cómodo, ya que es capaz de volar sobre los obstáculos de agua y arena del campo.
Se eleva a hasta 23 centímetros del suelo y puede desplazarse a 72 kilómetros por hora.
El vehículo tiene cabida para cuatro pasajeros y dos bolsas con palos. No tiene volante y se dirige con un manillar.
Además cumple con los estándares de seguridad para la navegación sobre el agua de la Guardia Costera de Estados Unidos.
Eso sí, es necesario un permiso especial para adquirirlo. Aunque el fabricante, Hammacher Schlemmer, asegura que es silencioso y que no estropea la hierbadel campo.
Su precio es de US$58.000.
A vista de dron
Los drones o aparatos voladores teledirigidos parecen estar por todas partes. Y gracias a la alta tecnología, ofrecen cada vez más posibilidades.
Por ejemplo, permiten a los usuarios grabar los alrededores desde las alturas.
"Es divertido hacerlos volar, además de cada vez más sencillo, y su estabilidad mejoró", dice el director ejecutivo de la empresa Brookstone, Tom Via, a través del correo electrónico.
Uno de los modelos más solicitados de la compañía es un cuadricóptero, elBrookstone Parrot BeBop.
Éste y el resto de drones constan de una cámara de alta definición con lente ojo de pez o gran angular que puede controlar el piloto.
La cámara graba el video a 1080 píxeles y tiene una capacidad de 14 megapíxeles de imágenes fijas para captar la acción de los alrededores.
También cuenta con un sistema GPS que permite localizarlo en caso de que se estrelle.
Su precio es más accesible que los juguetes anteriores: US$499,99.