Han pasado 12 años desde aquel día de febrero cuando Britney Spears decidió entrar a un salón de belleza y raparse completamente la cabeza. Ante la mirada atenta de los paparazzis, la cantante tomó la radical decisión que luego la hizo estallar en furia.
Este episodio en la vida de la artista es uno de los más recordados en toda su carrera debido a las consecuencias que le trajo: pasó un mes en una clínica psiquiátrica, donde fue diagnosticada con un cuadro de bipolaridad.
Pero ¿Qué llevó a que Spears tocará fondo en uno de los momentos más exitosos de su vida profesional? Según el documental "Britney Spears: Breaking Point" que fue emitido este domingo en el canal británico Channel 5, todo fue producto de la repentina y abrumante fama.
De hecho, el programa reveló que fueron sus guardaespaldas los que les permitieron a los paparazzi tomar las famosas fotografías de la artista en su punto más bajo.
Esther Tognozzi, dueña del salón donde Britney se afeitó la cabeza en febrero de 2007, contó que las personas que tenían que protegerla fueron quienes la traicionaron y la dejaron expuesta ante el mundo. De acuerdo a Tognozzi, aceptaron sobornos de los fotógrafos que estaban fuera del local para que lograran obtener las imágenes del momento en que Spears se rapaba.
"Tenía dos guardaespaldas, supuestamente vigilando para asegurarse de que los paparazzi no estuvieran tomando fotos y uno de ellos seguía abriendo las persianas", detalló la mujer al medio británico Daily Mail.
Asimismo, dijo que la intérprete de "Baby, One More Time" entró a la peluquería y le pidió que la rapara. Ante su negativa, Britney tomó la afeitadora y lo hizo ella misma. "Me dijo que quería raparse el pelo porque estaba cansada de que todo el mundo se lo tocara. Yo, por supuesto, traté de disuadirla, pero fue en vano. Le dije que quizá estaba atravesando un momento hormonal o algo así y que lo pensara dos veces", afirmó.
Pocos días después, la cantante volvió a estar en el ojo público cuando apareció en la casa de su ex esposo, Kevin Federline, con la intensión de ver a sus hijos, pero al no tener respuesta por parte de éste, perdió el control.
En medio de su ira por no estar con sus dos hijos, y al ser acosada por la prensa, Britney descargó toda su rabia contra el vehículo de uno de los paparazzi golpeándolo con un paraguas que tenía en la mano.
El episodio del paragua fue fotografiado y dio la vuelta al mundo al ser portada en todas las revistas y diarios dedicados al espectáculo. Actualmente, es una de las imágenes más icónicas de la cantante, que tras 12 años de aquel punto límite logró salir a flote y retomar su carrera.