La evolución puede ser persistente. Y producir los mismos resultados en ocasiones separadas por miles de años.
Eso es lo que ocurrió en el caso extraordinario de un ave no voladora del Océano Índico que evolucionó dos veces, de un mismo ancestro.
El ave, llamada rálido de Aldabra (Dryolimnas cuvieri aldabranus) se extinguió hace 136.000 años, pero volvió a emerger más de 30 mil años después por un fenómeno llamado "evolución iterativa", según un nuevo estudio.
Aldabra es el nombre del atolón en el que surgió dos veces la misma especie no voladora, a partir de un mismo antepasado, un ave de Madagascar llamada rálido de garganta blanca (Dryolimnas cuvieri).
"No conocemos ningún otro caso en rálidos, o en aves en general, que demuestra el fenómeno de la evolución iterativa en forma tan evidente", señaló David Martill, profesor de la Escuela de Estudios Terrestres y Ambientales de la Universidad de Portsmouth en Inglaterra y uno de los autores del estudio.
¿Por qué perdieron la capacidad de volar?
"La evolución iterativa es la evolución repetida a partir de una misma forma", le explicó a BBC Mundo el autor principal del estudio, Julian Hume, experto en paleontología de aves del Museo de Historia Natural en Londres.
"Básicamente, cuando las circunstancias lo permiten el mismo evento evolutivo puede volver a ocurrir a partir del mismo género o especie", dijo.
En el caso del ave de Madagascar, Hume señaló que por razones no conocidas, usualmente asociadas con la abundancia de alimentos, los rálidos se dispersan repentinamente.
"No es una migración sino que se trata de vuelos en todas las direcciones posibles".
Un grupo de estas aves llegó hasta Aldabra, donde se dio la circunstancia especial de que no tenían predadores.
"La naturaleza trabaja en formas conservadoras y volar es muy costoso desde el punto de vista energético. Si las aves no necesitan volar para escapar de predadores, no tardarán mucho tiempo en perder la capacidad de vuelo", afirmó Hume.
Esa evolución hacia la pérdida de vuelo se dio además fácilmente en el caso específico de los rálidos.
"Tienen la increíble capacidad de correr muy rápido apenas salen del cascarón, siguen a sus padres y desarrollan patas muy fuertes y lo último que se desarrolla son las alas", señaló Hume.
"Y si no necesitas volar y lo último que desarrollas son los músculos de vuelo para las alas, en algunas generaciones puedes perder esa capacidad".
Un fenómeno similar de pérdida de la capacidad de vuelo se dio en otra especie del Océano Índico, el Dodo, un ave extinta de las islas Mauricio.
¿Cómo se extinguieron y reaparecieron?
El rálido perdió su capacidad de volar y se adaptó perfectamente a las condiciones en Aldabra, pero "a fines de una de las edades del hielo, hace 136.000 años, el nivel del mar volvió a subir, el océano cubrió el atolón y el ave se extinguió", explicó David Martill a BBC Mundo.
"Luego en el período interglacial el nivel del mar volvió a bajar y el atolón de Aldabra reemergió del océano".
"Fue entonces que otro grupo de rálidos procedente de Madagascar colonizó el atolón y nuevamente la población perdió la capacidad de vuelo", agregó el científico de la Universidad de Portsmouth.
Los científicos se basaron en el estudio de fósiles de dos períodos, antes de la inundación y después de ella, hace 100.000 años.
Los segundos fósiles muestran por la forma del ala que las aves estaban nuevamente perdiendo la capacidad de vuelo. "Y sabemos que la perdieron por completo porque el rálido de Aldabra sigue existiendo actualmente", señaló Hume.
"La naturaleza trabajando"
Martill explicó a BBC Mundo que hay pocos casos conocidos de evolución iterativa.
"Se cree que algunas especies de amonitas (hace millones de años, en el Período Cretácico) pueden haber evolucionado iterativamente".
Hume señaló que la evolución iterativa tal vez haya ocurrido cientos o miles de veces desde el comienzo de la vida en el planeta, pero no hay pruebas fósiles.
Hay un aspecto único del estudio publicado en la revista Zoological Journal of the Linnean Society, según Hume.
"Se trata de la primera vez que tenemos este tipo de evidencia en registro de fósiles".
Los animales evolucionan para aprovechar la ventaja de un sitio o nicho, y si la situación cambia porque hay una inundación como en Aldabra, o una erupción volcánica o la llegada de un predador agresivo y la especie se extingue, si las circunstancias cambian el mismo ancestro puede establecerse otra vez.
"Dejando a un lado la influencia humana, porque hemos sido un desastre para el planeta, lo que vemos en la evolución iterativa es un fenómeno natural, es la naturaleza trabajando", afirmó el experto del Museo de Historia Natural.
Cambio climático
El estudio suscita también una reflexión ante las actuales condiciones de emergencia por el cambio climático, según Hume.
"Con el aumento del nivel del mar por el derretimiento de las capas de hielo, una vez más Aldabra podría quedar bajo agua, ya que estos atolones e islas son muy bajos y están en grave peligro".
"Si eso sucede y luego nuestra influencia no está presente y Aldabra vuelve a emerger del mar, el mismo proceso evolutivo puede volver a comenzar".
El paleontólogo afirmó a BBC Mundo que "la naturaleza es dinámica, no se detiene y busca nuevas oportunidades. Y si un rálido vuelve a alcanzar Aldabra y no hay predadores podríamos ver en el futuro la repetición del mismo proceso".
"Si nosotros estaremos presentes como especie para ser testigos de ese fenómeno es una cuestión diferente".