Sus inicios políticos en Ad-Mapu. “De ser una niña tímida pasé a sacar la voz: hice teatro, me incorporé a grupos y mi uní al principal referente mapuche durante la dictadura, la organización Ad Mapu”.
- “Ya a mediados de los ochenta se hablaba de la autonomía mapuche y el ejemplo que se ponía era Nicaragua, donde la revolución sandinista había decretado la autonomía de los indígenas de la costa atlántica, los sumo, rama y miskito. Nosotros estábamos informados de eso, ya entendíamos que como pueblo habíamos tenido autonomía y que teníamos que recuperarla. Nos dedicamos a discutir y diseñar acciones con ese objetivo de largo plazo”, escribió en la página 39.
La creación de la bandera mapuche en 1992. “Durante los txawün para abordar la creación de la bandera pasaron cosas importantes”, escribió en la página 47. “Cada territorio hizo su diseño y después hubo una fusión. Los colores comunes a todos fueron el rojo, el verde y el azul; el rojo asociado a la lucha por la defensa de la tierra, el verde a la naturaleza, el azul a lo más sagrado, lo espiritual. El kultxün que está en el centro sintetiza para los mapuche la circularidad del mundo, ya que en sus cuadrantes están los vientos, los territorios, el cielo y la tierra”.
- “El 5 de octubre de 1992 nació oficialmente la Wenufoye, el canelo del cielo. Invitamos a los políticos y al gobierno a recibir la bandera en Temuco. Pedimos permiso para hacer una concentración, pero claro, era la transición y al rato llegaron los carabineros con los carros lanzagua”, escribió en la página 48.
La bandera mapuche en el monumento a Baquedano. “Un joven mapuche, Mauricio Lepin, caminó horas para llegar a la plaza y subir con la wenufoye hasta la estatua de Baquedano. La idea era sacarse una foto, pero no le resultó. Por suerte una mujer que estaba detrás sí pudo sacarla. Hoy esa foto es histórica”, escribió en la página 109.
La violencia del 18-O. “Durante el estallido afloró la esperanza, pero también se asomó lo otro. No toda la gente tiene una elaboración estratégica de cómo luchar y algunos no tienen los mismos valores. Hubo quienes saquearon, robaron cosas de valor como televisores, y se los llevaron para la casa. También hubo personas que lo hicieron para quemar los televisores. Fue violento, por supuesto que sí, pero había en ello una metáfora: gente quemando televisores en un país consumista, endeudado, donde se ha perdido el sentido de lo humano”, escribió en la página 108.
- “El estallido social no fue algo romántico: fue un período muy incierto, preocupante, doloroso incluso. Todos sufrimos. Para nosotros, los pueblos indígenas, fue muy incierto. Nadie sabía bien qué iba a pasar”.
Críticas a Llaitul. En la página 87 se refirió a Héctor Llaitul, cofundador de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), quien se opuso a la participación de mapuches en la Convención. Actualmente está en prisión preventiva, a la espera de su juicio por infracción a la Ley de Seguridad del Estado. “’Esa vieja vendida’, ha dicho de mí Héctor Llaitul, líder de la CAM. Eso no es amor, no es reconocer a la hermana, no es muestra de respeto. Además de machista y funcional al poder, Llaitul juega muy bien en ese mismo contexto de violencia patriarcal, colonial y racial”.
El día inaugural de la Convención. “El 4 de julio de 2021 ingresé junto con otras 154 personas a los jardines del antiguo Congreso Nacional de Chile. Ese día solemne yo vestía un küpam (paño que cuelga del hombro) azul, rebozo, chamal y faja, además de un txarilogko (cintillo) que heredé de mi madre y ella, de sus antepasadas”, escribió en la página 11.
- “Se había instalado con fuerza la idea de que la Convención Constitucional debía ser presidida por una mujer y yo era una de las candidatas”.
- “Éramos siete los representantes elegidos por el pueblo mapuche para redactar la nueva Constitución de Chile y el 22 de junio habíamos acordado actuar en bloque, con una sola voz a lo largo de las muchas votaciones que nos esperaban. Como escaños reservados tomamos la decisión de llevar una candidata. En una primera instancia iba a ser la machi Francisca Linconao, pero ella declinó. Mi nombre tomó fuerza”.
- “Sin embargo, el acuerdo se rompió (…). La primera votación fue a las 13.17 de la tarde. Hubo que repetirla dos veces. Las otras candidaturas se fueron retirando y al final obtuve la mayoría exigida de 96 votos. Yo llevaba un discurso escrito, pero con el nerviosismo me olvidé de mis lentes y tuve que improvisar”.
- “Tomé el micrófono y, ante millones de personas que seguían el evento, de mi garganta salió el saludo de mi pueblo: ‘¡Mari mari pu lagmen, mari mari kom pu che, mari mari Chile mapu! (‘Saludos a las hermanas y hermanos, a toda la gente, a los chilenos y chilenas’)”, dijo en la página 12. En el capítulo no mencionó su frase sobre “refundar” Chile que llegó a los titulares del país.
Las divisiones entre los 17 escaños reservados a pueblos originarios. “No pudimos trabajar todos los escaños juntos. Nos separamos en dos grupos y yo me involucré con el que estaba dispuesto a llegar a acuerdos”, escribió en la página 118. En su grupo estaba también el exalcalde de Tirúa, Adolfo Millabur. En el otro estaban la machi Francisca Linconao y la abogada Natividad Llanquileo.
- “El otro grupo se sumó a la gente de la Lista del Pueblo, a los sectores menos dialogantes. Creo que de haber seguido juntos nunca hubiéramos podido avanzar, porque había posiciones diferentes que dificultaban el entendimiento. Ese grupo hizo alianza con el Partido Comunista, que también presentó una candidatura a la presidencia. Después, en la segunda votación, cambiaron de postura y me apoyaron”.
Los motivos del triunfo del Rechazo. “La derecha hoy lo capitaliza, pero el rechazo es algo inflado. No tiene un sustento político ideológico en las bases, simplemente fue una explotación del miedo y de la desinformación”, escribió en la página 133.
- “El resultado del sesenta y dos por ciento se tiene que entender no como un apoyo del pueblo, un apoyo ideológico a la derecha conservadora, sino sobre la base de esos factores diversos que incidieron: la desinformación, el miedo, el odio, gente que votó rechazo porque les obligaron ir a votar, gente que votó rechazo porque no quería al gobierno, gente que votó rechazo porque no se dio el quinto retiro”, detalló en el párrafo anterior.
- “Amaro Gómez-Pablos me dijo que yo tenía que disculparme por los resultados. A ese nivel. ¿Qué quieren? Yo fui honesta, trabajé lo mejor que pude, puse todo a disposición y no me voy a quedar con la visión patriarcal de ese periodista”, escribió en la página 135. “Llegará el día en que las personas como él sean capaces de descolonizarse”.