Por Phillip Durán
Acusando a Bolivia de “retirar su posición inicial” plasmada en la demanda de 2013 ante La Haya por no responder directamente al tribunal. Así cerró Chile el intercambio de notas enviadas a la corte la semana pasada, a raíz de una pregunta realizada a ambos países por un magistrado al cierre de los alegatos orales.
El 8 de mayo, el juez Hisashi Owada pidió a La Paz y Santiago que entregaran una definición sobre el concepto de “acceso soberano al mar”, pues —según dijo— había sido mencionada por ambas partes y no es común en el derecho internacional consuetudinario.
Según documentos divulgados hoy por La Haya, Chile y Bolivia enviaron, en total, cuatro notas a la corte: las dos respuestas a la consulta y, días después, cada uno hizo comentarios sobre el texto de la contraparte.
Así, el 12 de mayo, Bolivia envió un texto de una carilla y media a Owada. En el documento, La Paz declina responder a la consulta del magistrado, pidiendo que sea una materia abordada una vez que la corte rechace la objeción preliminar presentada por Santiago.
En esa línea, Bolivia señala que para poder definir el contenido específico de la expresión “acceso soberano al mar”, es necesario determinar los entendimientos de las partes en “los sucesivos acuerdos que han concluido”. Y que “la existencia y contenidos específicos de los acuerdos de las partes, sostiene respetuosamente Bolivia, claramente no es una materia para la frase preliminar, en su lugar, se debe determinar en la etapa del fondo del procedimiento”.
Por su parte, Chile respondió ese mismo 12 de mayo citando la demanda y la memoria escrita entregada por Bolivia, afirmando que en varios pasajes La Paz se refiere explícitamente a la idea de “acceso soberano al mar” como “transferencia de territorio a Bolivia de Chile”. Así, insiste en que el Tratado de 1904 ya definió los temas de soberanía entre ambos y que, de acuerdo al Pacto de Bogotá, La Haya no puede revisar asuntos ya resueltos de esa manera.
Es en sus comentarios a la respuesta boliviana, enviados por Chile el 15 de mayo, donde están los comentarios más duros.
Ahí, Santiago califica la respuesta boliviana como una “posición extraordinaria”, criticando el pedido de pasar directamente a la discusión de fondo. Y agrega que “ahora Bolivia rechaza abordar el punto que ya ha hecho tan explícito en su demanda”.
Así, Chile no sólo reitera las citas de los escritos paceños, sino que agrega los alegatos orales bolivianos, en que La Paz indicó que alternativas de acceso soberano al mar serían “un corredor, un enclave costero, una zona especial u otra solución práctica”. El no responder ahora qué entiende por acceso soberano al mar, dice Santiago, se entiendo como “retirar la posición que fue adoptada en su demanda y memoria y que está encarnada en la expresión ‘acceso soberano completo’”, incluido en los documentos paceños.
Por su parte, ese mismo 15 de mayo, Bolivia envió sus comentarios sobre la respuesta chilena, insistiendo en que su demanda no apunta a una revisión del Tratado de 1904, sino que a exigir el cumplimiento de compromisos chilenos de negociar un acceso soberano al mar.
Tras los alegatos, la Cancillería chilena evaluó positivamente la consulta de Owada y sus efectos para la posición chilena en el litigio. El silencio boliviano ante la corte, agregan fuentes diplomáticas, puede complicar la posición de ese país.