Diego Schalper, diputado RN, acaba de publicar un libro, "Solidaridad, una rebelión necesaria", en el que propone que hubo un ciclo de polarización que comenzó en 2011 y culminó con el estallido y la Convención. Hoy, sostiene, sería el fin de ese ciclo, que debería conducir a una nueva constitución mayoritaria, tras el triunfo del Rechazo.

-Un punto importante es que en el plebiscito de entrada ganó por casi 80% el apruebo. ¿Por qué crees que cambió tan rápido el panorama?

-Los chilenos por definición son gente que no quiere cambios abruptos, no quiere refundaciones. Y hemos llegado a un punto donde por un lado está la constitución vigente, que está agotada; y por otro, la propuesta de la Convención, maximalista. Son dos extremos.

La inmensa mayoría está por construir una tercera alternativa. La derecha, la centro derecha y parte de la centro izquierda queremos proponerle al país un curso de acción que permita realmente una constitución que les dé garantías a todos, y no partisana, como lo ha dicho el ex presidente Lagos. Que no sea partisana del inmovilismo, como la actual, ni partisana de la refundación, como la propuesta de la Convención.

-Pero la duda es ¿si proponen una nueva constitución o un texto reformado a partir de la del 80?

-Los documentos escritos configuran obligaciones políticas. El voto político del Consejo Nacional de RN habla de nueva constitución, la carta que enviamos este sábado habla de nueva constitución, la inserción en el diario habla de nueva constitución. Y eso es porque pensamos que esta constitución vigente está agotada y que este borrador que han propuesto los convencionales es un mal texto para Chile.

-La pregunta es hasta dónde va a llegar esta nueva constitución, por ejemplo en el tema de los pueblos originarios. El dirigente mapuche Hugo Alcamán, que vota rechazo, dijo este fin de semana que la derecha seguía siendo un retroceso, porque los reconoce como cultura y no como un pueblo con derechos políticos.

-Es una discusión que vamos a tener. Queremos avanzar hacia un reconocimiento explícito de los pueblos originarios, con deberes del Estado en materia de fomento de espacios de autonomía. Como dijo Lagos, espacios razonables de autonomía. Después veremos como se aterriza.

Me parece que el extremo, que no suscriben los chilenos, es lo que ha propuesto la Convención, que es el concepto de plurinacionalidad, que consagra verdaderos estados nación. Donde tienen autogobierno, territorios propios, una judicatura distinta. Esa visión radical de la Convención no interpreta ni siquiera a los pueblos originarios; yo he conversado con muchos dirigentes de ellos, y no aspiran a transformar a Chile en un estado federal indígena.

-El mismo Alcamán, presidente de una corporación de profesionales mapuche, llama a Chile Vamos a cambiar posturas negacionistas frente a los derechos indígenas.

-Tenemos que tener una discusión con él. Yo creo que es muy evidente que lo que hemos  hecho en ese punto es recoger el planteamiento del expresidente Lagos, es recoger también lo que mencionaba la expresidenta Bachelet, tanto en el proyecto de ley que hizo en esta materia, tanto como en la propuesta de constitución. La Convención hasta pide un consentimiento de los pueblos originarios para reformas constitucionales. No creo que los chilenos quieran que alguien tenga poder de veto.

-En términos de derechos sociales, ¿cuáles serían los límites que estaría dispuestos a cruzar?

-Estamos disponibles para avanzar hacia a un estado social de derechos. No olvides que es una creación que surge en Alemania, desde sectores de centro derecha. La primera vez que se habla de estado social de derechos es como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, en la constitución del 48 en Alemania. Surgió del socialcristianismo alemán, la CDU, en oposición al Partido Comunista. A veces se cree que esos conceptos progresistas tiene una ascendencia de izquierda y la verdad es que la historia es distinta.

Creemos que es importante que los derechos sociales se asocien a deberes del Estado, en donde haya condiciones concretas de cumplimiento, porque no sacamos nada con asegurar derechos sociales si no están asegurados de verdad.

Por ejemplo, es fundamental que el derecho a la salud esté asociado a plazos, donde si una persona no recibe una atención de salud con cierta premura tenga derecho a exigirle a el Estado, para combatir las listas de esperas. Y en materia de vivienda, el derecho tiene que estar asociado a la propiedad, hay que dejar clarísimo que las personas tienen derecho a una vivienda propia, no a una vivienda con dudas. Sería un error cualquier tipo de ambigüedad. En pensiones, hay que caminar progresivamente hacia un modelo que permita a las personas contar con pensiones equivalentes al ingreso mínimo garantizado. Y hay que mencionar al ex Presidente Piñera, que haya aprobado la pensión garantizada universal, que va a entrar en vigencia en unos días más.

-¿La paridad la van a mantener tal como se enuncia en el texto de la Convención?

-Creemos en la igualdad entre hombres y mujeres y eso tiene que tener expresión política, social, económica. Es tremendamente importante que hombres y mujeres tengan iguales oportunidades, estamos abierto a cómo se materializa. Tenemos que avanzar en equidad salarial como principio constitucional.

-El diputado Leonardo Soto (PS) dijo que una reunión el viernes con Boric en la Moneda era para coordinar el Apruebo. Reconoció luego que fue un error. ¿Le crees?

-Es demasiado evidente que el Gobierno hoy día ha tomado tomado una posición partisana. El Presidente Boric tiene que ser consciente de que el 5 de septiembre él va a gobernar para todos los chilenos, los que votaron A o B, los que no votaron o anularon. Yo veo un gobierno absolutamente desatado en campaña. El gobierno no advierte que una cosa como esa es faltarle el respeto no solo a la probidad sino también a aquellos chilenos que piensan distinto.

Todos los chilenos pagan impuestos y con eso financiamos el gasto público, por lo tanto nos parece preocupante. Y más aún, que se haga campaña indirecta no solo a través de los ministros, sino que además se transforme el palacio de La Moneda en un comando de campaña. Hacemos una invitación al Presidente a reflexionar, a reconsiderar. Acuérdese bien Presidente: un error político que va a lamentar mucho tiempo fue el no haber acogido de entrada la propuesta que le hiciéramos de suscribir y liderar este acuerdo que se va a producir en torno a la rebaja de los quórums de los 4/7. El Presidente nos dio un portazo en la cara. Y yo creo que se equivocó. Espero que esta moción se apruebe por unamidad en el Senado.

-Si gana el Apruebo, ¿estarían dispuestos a llegar a acuerdos amplios para reformar?

-El Partido Comunista es el principal partido del gobierno. Lo que yo veo es que ellos no van a prestar sus votos para reformar. ¿Es realista que estén dispuestos a reformar una constitución que recién está entrando en vigencia? ¿Y si además ese proceso lo van a llevar adelante dos cuerpos legislativos muribundos, la camara de diputados y el senado, que tienen fecha de vencimiento? ¿Cómo va a ser sostenible?

Ese planteamiento tiene problemas jurídicos, políticos, y prácticos. Lo que observo es que en el gobierno no tienen los votos para aprobar ni siquiera sus propias reformas, proyectos de ley, ¿y van a estar en condiciones el día de mañana de hacer reformas al mismo texto que se acaba de aprobar? Yo francamente creo que ese camino no es sostenible.

-¿Qué papel debería jugar el ex Presidente Piñera en la campaña por el Rechazo?

-Los chilenos tienen claro lo que piensa el Presidente Piñera. Hoy el rechazo es mucho más que un sector político, pues se ha traducido en un sentir transversal. Por ende, creo que todos debemos seguir contribuyendo a eso.

-¿Pero te gustaría que tuviera un rol activo?

-Yo creo que a todos se nos aplica lo mismo: tener el rol que contribuya a mostrar que el rechazo es transversal, es cambio y es esperanza.

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