Luego de que el gobierno presentara la agenda antiabusos, volvió a levantarse el debate en torno a la posibilidad que el Ministerio Público pueda investigar delitos económicos, como lo es la colusión sin necesidad de una denuncia por parte de la Fiscalía Nacional Económica (FNE).
Pues bien, el ministro de Economía, Lucas Palacios, le cerró la puerta a esa demanda que ha surgido desde el interior de la Fiscalía.
"El Ministerio Público tiene una diatriba antigua con la Fiscalía Nacional Económica para poder hacerse cargo de cierto tipo de delitos de carácter económico. Lo que nosotros hemos hecho es seguir el ejemplo de la política comparada internacional. En Chile, tenemos una arquitectura jurídica de primer mundo para efectos de poder abordar los distintos tipos de delitos, distintas faltas. Está el Servicios de Impuestos Internos, por un lado, está la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), por otro, está la FNE y está el Ministerio Público. Nosotros hemos optado que para los delitos de colusión y todos los delitos que tiene que ver con abusos de posición dominante necesitamos fortalecer la FNE, para otro tipo de delitos está la CMF", dijo el secretario de Estado.
"Evidentemente que nosotros necesitamos tener normativas ordenadas, porque si es que empezamos a enredar las posibilidades que tienen los distintos organismos para poder investigar vamos a retroceder en vez de avanzar", añadió.
En la misma línea, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, indicó que hay que proteger la figura de la delación compensada, ya que, según él, es la única herramienta para detectar colusiones.
"Aquí lo que hay que proteger es la facultad de la delación compensada. La evidencia internacional y nuestra propia evidencia muestran que es el mecanismo para desbaratar carteles y eso es lo que hay que proteger, la institucionalidad actual, con la Fiscalía Nacional Económica y con el Tribunal de la Libre Competencia", apuntó.
Siempre estamos monitoreando con mucha atención lo que sucede en los mercados internacionales y no cabe duda que entre las dos potencias mundiales, lo que acuerden o no, tiene implicancias fundamentales para una economía abierta como la chilena.